jueves, 16 de mayo de 2019

Crímenes de ideología y de guerra








 Nací. Uno más en este mundo pero perseguido...

A mi edad avanzada, con los años casi cumplidos y al borde de la enfermedad, hago resumen de lo que soy. Espero el final de mis días pleno de recuerdos y de deudas no cumplidas; de derechos que han de ser respetados y que por dejadez, todo lo negativo me inunda en el juicio de mi conciencia...

Pude valorar lo valorable y aún así lo desprecié. Pude aportar algo nuevo y pude abrazar las cosas buenas de esta vida cuando tan sólo me dejé llevar a puertos inseguros y mundanos.

Nací con el amor de mi madre y pienso en la complejidad de mi infancia que me ofrecía según las facultades, la promesa de una vida interior fructifera para darme a los demás y a la vez darme a mi mismo. Con el tiempo, mi corazón limpio se fué minando de impurezas clamando a mi conciencia, conciencia que anulé por completo hasta el día de hoy donde mi fín está por llegar...Por la madrugada, cuando estoy solo e indefenso, miles de recuerdos me asaltan. No se si será verdad pero me veo también en otros tiempos, en otras épocas que quizá sean mentiras pero que son claras rescatando a esta mi conciencia anteriores vivenciass donde era bueno, así de simple...

He matado cuando en tiempos me disfracé con la ideología y una pistola. He robado cuando robar no significaba nada, cuando le quitas alajas a ese tipo que va en contra tuya y hasta he valorado todo aquello que mi corazón no admitía hasta sentirme desbordado...En esta última época de mi vida, cuando la razón limpia me visita como quién va a condenarse, me sentencio culpable. Hay sueños de otras vidas donde quizá fuí feliz y hasta tuve esposa e hijos pero me remuerde la conciencia cuando aparecen en mi mente las miradas de mis victimas que seguramente, valían más que yo como personas...

Soy un deshecho de una falsa ideoligía. He matado cruelmente a personas válidas y que por ser de otra manera de pensar, me las llevé sin escuchar su voz...

Nadie en este mundo puede ser exclavo de nadie y mucho menos de una ideoligía. Los mas desgracidos que tienen poder se agrupan y se dan calor los unos a los otros olvidando su identidad como personas únicas en el mundo. Por las noches me veo en épocas lejanas, de otro tiempo; me persiguen con el miedo de no saber lo que me espera y despierto a sobresaltos...Pero despierto veo a aquella mujer, a aquel niño o aquel padre de familia que luchaba por la verdad...y lo maté.

Se me revuelven los intestinos cuando ahora con un cáncer observo a quién me cuida con la vocación del que ama su profesión. Soy un criminal de guerra con cuidados del que es un heroe en lugar de una inmundicia que mató para vivir en una élite de criminales de guerra. Cierro los ojos y las imágenes de mis sueños me asaltan con ganas de gritar y perdir perdón donde no lo hay.

Asesiné a un palmo de mi cara y la sangre del inocente entró en mi boca. Su sabor aún lo recuerdo porque para engañarlo tengo que ponerme un caramelo en la boca... Con mi vida deshecha por la mas asoladora frialdad en su momento, no pido una reencarnación sino, que Dios si existe, destruya mi alma para no arrastarr un pasado que me pesará casi seguro para toda la eternidad...




8 comentarios:

Campirela_ dijo...

Un texto duro , duro esa persona se confiesa y se autoculpa de una vida no muy ejemplar , pero quien somos los demás para juzgar ..Él ya lo esta pagando con sus remordimientos ..
La vida es cruel y elegimos unas veces por nuestra propia condición y otras por necesidad ..siempre existe el perdón y perdonarse ..
Feliz noche .

dijo...

Estremece y al tiempo te llena de sentimientos encontrados y dudas,pero esa persona se ha dado cuenta de sus torpezas y las asume y pide a Dios que le destruya el alma...Dios no lo va a hacer porque su alma es la suya y Un dios Padre no mata a sus hijos por muy duro que pueda parecer a quien no entiende el perdón.Sí,es dificil ,pero yo creo en ÉL
Precios amiguco

Albada Dos dijo...

Dura confesión de un asesino, bélico, entiendo. Ese cáncer que le asola le recuerda cuánta vida ha segado, y tal vez, sólo tal vez, encontrará la paz en eso de la obediencia debida. Me ha hecho pensar en los alemanes nazis que trabajaban en los campos de exterminio. Nunca entendí que en verdad, muchos de ellos, obedecían, sin más. Porque hay que estar ciego para no entender que la vida de otro ser humano merece dignidad, paar vivir y para morir

Un abrazo y por un finde con reflexiones menos cruentas :-)

Mari Carmen dijo...



Durísima reflexiones. Nunca entendí en la obediencia ciega, se deja de ser persona...ningúna causa justifica renunciar a la dignidad y a la razón, es lo que nos diferencia del orangután...

Amistosamente.

Rosana Martí dijo...

Unas duras letras que realiza en la vida ese paso de nacer como ser humano y acabar...(no tengo palabra alguna para decirlo), los principios, la dignidad si se pierde ya no eres nada.

Un abrazo amigo!!

Ángeles dijo...

Un muy buen relato Buscador, descarnado y duro, pero magistralmente escrito, me ha recordado usted a Arturo Pérez Reverte.
Y detrás de un buen escrito, siempre hay un buen escritor, mis felicitaciones por su imaginación para plasmar historias.

Un abrazo

Beatriz dijo...

Buen relato.

Saludos después de tanto.

Sandra Figueroa dijo...

Un texto estremecedor.....que duro para un asesino perdonarse......la sociedad no lo perdonara nunca.....un asesino no tiene perdón...saludos