Qué me das cuando no dices nada y en el silencio viene tu mensaje. Qué veneno me das cada vez que te escucho y sin decir nada en particular, mi alma se va detrás de tu corazón. Me pierdo en conjeturas que se derrumban en castillos de arena yendo detrás de ti como un perro en celo que no alcanza ni a respirarte....Te escurres como un pez huidizo y yo me deslizo por tus sentimientos buscando ese no se qué que me trae loco. Quiero darme, quiero entregarme, quiero ser tuyo pero como siempre, pasas por encima de mi con ese silencio arrogante donde la nada, se hace todo para mi...
2 comentarios:
Esas entregas, no buscadas, no requeridas, no aceptadas, son las peores, sin lugar a dudas.
Saludos,
J.
Totalmente desgarrador. La espera a veces ahora. Ánimo. Un abrazo
Publicar un comentario