domingo, 3 de agosto de 2025

Todo lo que no quieren que sepas.

 

 


 

La palabra nace del silencio como un espejo que nos creamos. En la conciencia hay verdades y mentiras. A veces nos perdemos y otras nos encontramos. La conciencia es reflejo de como nos encontramos en ese momento y en ello ayudan los sentimientos. Hay quien esta perdido en una maraña de palabras y hay quien las maneja a su antojo porque tiene una seguridad...Me adentro al nacimiento de la palabra como quien entra en un sótano oscuro donde solo estoy yo. Siento como la palabra fluye venida aparentemente de la nada; en una frontera que parece inalcanzable pero que cuando se cruza, hallas la sabiduría...En mi vida, la palabra muere al instante como un sonido que se pierde y se hace nada.
Juego con mi conciencia tal si fuera una factoría de ideas mientras mi centro seguro de si mismo, retoza en un lecho de silencio donde manejo mi vida a mi antojo. Hay quien se pierde y no regresa y hay quien se encuentra a si mismo hallando el poder que nos pertenece por ser personas.
La conciencia perfora mi silencio oscuro cuando descubro la sencillez de la verdad...Cruzar la frontera es un seguro de vida que se adentra en un pozo sin fondo donde todo cabe...

 

 

2 comentarios:

Nuria de Espinosa dijo...

Reflexionar sobre el poder de la palabra y la relación profunda que tiene con la conciencia y el silencio tiene un poder a veces macabro. La idea de que a veces estamos perdidos entre pensamientos y emociones, y otras veces logramos encontrarnos en medio del caos es latente. La metáfora del sótano oscuro me parece acertada para describir el viaje interno hacia uno mismo. También es interesante cómo planteas que el silencio puede ser tanto refugio como origen de la verdad. En general, dejas una sensación de búsqueda personal constante y de que la palabra, aunque efímera, puede abrir puertas hacia una comprensión más profunda de quiénes somos.
Profundo e incluso algo melancólico. Un abrazo

Susana Moreno dijo...

Las palabras a veces surgen solas y otras hay que ir a buscarlas. Un beso