La noche se adentra de forma que apenas te das cuenta. Entonces mi calle se hace muda al ruido desde mi azotea y el pensamiento bulle como quien se despereza de un sueño. Son estas horas las que con su magia se anuncian tiempos venideros que se repiten en el pasado pues la melancolía, florece como flor de otoño. Algo espeso se hace sentimiento en mi interior. Mi corazón bombea sangre en un sístole y diástole al sentirlo en en mi cuello, en mi muñeca, en mi pecho; acompasando la respiración con la danza de la soledad mientras me detengo en lo diminuto que cruza mi conciencia.
Es en el silencio de la noche, en medio de tanta soledad , cuando te das cuenta de lo solo que estas. Revives tantas cosas, tantos pensamientos que llegan a tu mente como ráfagas de luces que una tras otra, buscas como si de un fichero se tratara para llegar a la conclusión que te embarga en una melancolía inmensa del silencio en la noche y, de tanta oscuridad, solo se escucha el sonido del viento meciendo las ramas de algún árbol como si fuera una cuna que mecen sus ramas repletas de pájaros que duermen hasta el amanecer.
Las calles se vuelven solitarias; aquellas que se llenan de vida en la mañana y que ahora están dormidas; sin respiración cuando el mundo parece que se detiene y termina en un suspiro no se si de esperanza, anhelo, o soledad o, la compañía de un gato que maulla como un niño recién nacido...
Cuantas veces he soñado con tenerte a mi lado y juntos , tras un largo día, sentarnos a charlar al fresco de la noche. Pero esa imagen tuya se desvanece cuando por algún ruido de un coche o de una puerta , me devuelve a mi cruda realidad envuelto en silencios... y como siempre, así es.
Fany y Buscador.
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