martes, 30 de septiembre de 2025

Plenitud.

 




 

  De frente a la oscuridad tuvo un detenimiento. Algo le llamó la atención y se quedó inmóvil de cara al infinito. El tiempo pasaba y pasaba ausente de el pues la magia de existir lo llamaba envuelto en el perfume del pensamiento...No había mas hermoso esa noche que disfrutar del detenimiento pues la magia del equilibrio y de la paz interior formaron un conjuro en su corazón...

Ausente de todo, la noche era su silencio y el silencio, el infinito donde perderse por un túnel que lo llevaba al conocimiento. Mientras el tiempo pasaba y pasaba sin darse cuenta; sumergiéndose en una oscuridad que lo llamaba mucho mas allá de lo que podía alcanzar. Los recuerdos despertaban envueltos en nuevas sensaciones que se modelaban como la arcilla en manos de un artista. Nada existió hasta entonces como ese momento de paz, de plenitud, de sabiduría; de respirar nuevos aires que no están viciados por nadie cuando por sus pulmones el oxígeno viajaba a cada célula de su cuerpo. El tiempo pasaba y pasaba ausente. El detenimiento lo llevó a altas horas de la noche mecido en minutos eternos y en horas breves cuando de lejos en la distancia, su peso existencial lo devolvió a la realidad y un gallo madrugador, cantó al amanecer...

 

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