Es noche cerrada. Llueve un agua fina que te cala hasta el alma y el silencio cala mas que la lluvia. Siento frío y descomposición después de la noticia que me han dado. "Este invierno viene con mas soledades y recuerdos": Me digo. Dan las diez de la noche con diez campanadas que se mezclan con las de un goni de la iglesia. Mis pies están fríos y mi pensamiento enlaza recuerdos que son de ayer mismo cuando mi amigo y yo charlábamos tomando un café y ahora, el está muerto. Poco a poco se desliza el agua por los canalones de los tejados. El perfume de la calle no me es grato pues es como si el perfume de la muerte fuera un sahumerio frío lleno de muerte como da la podredumbre de los muertos pasados unos días. La desolación se escucha a cada pisada de mis zapatos que están tan helados como es el nicho de un muerto...
Entro en mi casa envuelta en soledad y cada sonido desde la llaves para entrar hasta el interruptor de la luz, me duelen porque no quiero escuchar nada sólo, cerrar los ojos aunque no pueda dormir. Todo me hiere al sentir mi sensibilidad mas grande que la soledad y me miro al espejo con barba canosa dejada y mi cuerpo maduro que ya olvidó su juventud. Nací como los bebes en la mas absoluta soledad y igual que mi amigo pero yo ahora estoy vivo y el no...Lloro de lo que la vida me arranca y me echo en mi cama vestido; comido por el frío tiritando; como un muerto del recuerdo, como la nada de la edad madura que nos hace viejos hasta que un día, la campana de la iglesia anuncie otro goni que será el mío.
( Este relato es ficticio)
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2 comentarios:
Una historia muy realista. Un beso
Bueno, ya vi que es solo un relato , pues mira mejor lo creí ajajá, Mejor asi. Otro abrazo feliz noche.
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