Parece como si algo me llamara en estos días grises del año. Algo se despierta en mi interior para reclamar mi atención y se hace mas pausado; mas lento como las nubes que cruzan mi azotea. La emoción se detiene y me toma de la mano por los recuerdos mas íntimos que aún viven en mi interior; llevados por ese perfume a tierra mojada venida de lejos; irrepetible e intemporal...
Hoy tenía que hablar para escribir hablando de esas cosas que a todo el mundo nos pasa y poca gente habla si no es para sus adentros. El otoño nos alcanza. Es tiempo para disfrutar del detenimiento y sumergirnos en ese pozo sin fondo donde nos perdemos con un sentimiento que es tan denso como pesado. Caminamos entonces ausentes de nuestro alrededor; como esa soledad que nos alcanza para estar con nosotros por un tiempo donde si te fijas, no todo es triste cuando ese sentir se nos hace agradable y nos llena de vida en su plenitud...
Damos saltos en el tiempo, visitamos a seres que nos faltan, recordamos momentos entrañables que se quedaron fijados en nuestra alma y, siempre volvemos a volver incansablemente...Hoy tenía que verme reflejado en este texto donde no aparecen nombres ni personas pero sí mi voz que forma el conjunto de mi pasado...
2 comentarios:
Todos vivimos de nuestro pasado aunque no queramos. Un beso
Los recuerdos y el pasado siempre está en nuestro presente , por mucho que a veces se diga que hay que mirar al futuro, ese está por llegar , el presente y pasado está seguro.
Un abrazo.
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