lunes, 12 de enero de 2015

El acto


Con respiración entecortada el la besó lleno de placer aun no profanado. La hoguera ardía en sus sexos ansiosos del acto y la lengua de deslizaba hasta las areolas hinchadas de placer. Ella quiso bajar aún más recorriendo su vientre; hasta llegar en besos hasta el pene erecto, bañado de flujo preseminal a punto de sus venas reventar de sangre en tan mágico momento.
El la tomó por sus nalgas y la abrió como se abre un dulce higo en el verano. A golpes de respiración ella esperaba que la penetrara chorreando miel espesa con convulsiones de placer.
Con el pene le acarició los labios cual pincel de artista y ella suplicaba (métemela, anda metemela...quiero sentirte). El ano se abría y se cerraba con avaricia de sentirlo...
Los ojos semicerrados parecían como si perdiera el sentido de la realidad hasta que miles de sensaciones la transportaron al quinto infierno cuando sintió la polla dentro...le pedía más y más...mas fuerte por díos te lo suplico. Hasta que una bocanada de semen la inundó por completo...




2 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Me quedo con esta frase "El la tomó por sus nalgas y la abrió como se abre un dulce higo en el verano"...Ufff...Sensualidad y erotismo en superlativo desarrollo.
Abrazos poeta.

maduixeta dijo...

Como un huracán
tu texto me ha transportado
a dulces sensaciones.
A tardes de amor,
a momentos donde dos cuerpos
se hacen uno,
y pierdes la noción del tiempo,
y no sabes donde empieza uno
y donde acaba el otro.
El amor,
dos cuerpos en perfecta comunión,
entregados uno al placer del otro.

precioso y excitante texto.

un beso