miércoles, 2 de noviembre de 2022

El equilibrista

 


 

  Su vida pendía de una cuerda floja...Pasaban los días cargados de problemas familiares y económicos. Su mujer le exigía que cambiara de trabajo porque ya apenas tenían para comer y sus hijos adolescentes necesitaban la educación de un padre en casa y una madre. El dinero, la mala vivienda, las malas compañías de los hijos y su mujer que la descubrió con otro tipo que le daba dinero; todo era un problema que se hacía tan grande como una bola de nieve al rodar por la montaña...

Hoy Murcia, pronto Sevilla, pueblos que no sabía que existían, frontera con Francia, comunidades autónomas y kilómetros lejano de la familia. Problemas de dinero y mas y mas deudas que se acumulaban a pesar de las subvenciones del ministerio de cultura.
 

Llevaba días que no se encontraba bién. El ánimo subía y bajaba, tenía pensamientos extraños, la sonrisa se olvidó de el. Las noches eran amargas y la llamadas a la familia se convertían en discusiones...Esta mañana tuvo una crisis de angustia donde el dolor psíquico era tan grande que cuando pasó, deseó morir de verdad. Compañeros de trabajo se autodespedían y al quedar menos gente los demás deberían de acupar sus puestos. No se consideraba mala persona ni mal esposo. El futuro era incierto. Su trabajo le gustaba, era su vida y no conoció otro. Sus abuelos, sus padres y algún hermano encontraron un futuro en el.

Esta tarde lo vió un psiquiatra de la seguridad social. Le recetó ansiolíticos y un medicamento que si le impedía realizar su trabajo volviera por la consulta. Esta noche volvía a trabajar.

Todo el mundo estaba expectante. Hubo lleno casi completo. Antes de salir llevaba una cestilla para verder chucherías porque Carmen la enana se marchó sin cobrar...

- ¡¡Damas y caballeros!! Llega el momento crucial para la función de hoy. Les presento a John Carrey venido de los E.E.U.U. ( en realidad se llamaba Alfonso Tejero y nació en Zamora). ¡¡Es el equilibrista mejor dotado de todo el mundo y camina por un alambre sin red!!.

Todo el mundo aplaudía sin cesar.

-¡¡ Dará un salto mortal para caer de pié de nuevo en el alambre!! Es sin duda el mejor equlibrista del mundoooo....

Todo el mundo aplaudía sin cesar.

Abren la cortina y allí estaba Alfonso. Le temblaban los pies y las manos por un desequilibrio mental y cuando mira el alambre tenso en las alturas, se echa a reir a carcajadas.

Un niño le dice a su padre que poco antes ese señor tan importante, le había vendido un chicle de fresa...

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4 comentarios:

Campirela_ dijo...

Una historia desgarradora donde el equilibrio es tanto físico como mental. Un abrazo

Ana dijo...

Qué triste, y qué coraje pensar en el desamparo de algunas personas.

Un abrazo

Sara O. Durán dijo...

Tal vez por acá ya no hay circos. Qué bien has reflejado la vida tan difícil del protagonista.
Un abrazo grande.

Susana Moreno dijo...

El espectáculo debe continuar. Un beso