Allá en lo inalcanzable se pierde mi pensamiento en cosas que son terrenales. La maravilla de asomarse al balcón de la Luna es algo que hago a menudo. Tan lejos, tan infinito, tan cerca de mi corazón está mi universo exterior y el interior. Algo me llama mirando al cielo en esta noche que me pierdo cuando la ausencia se llama soledad. El silencio es sobrecogedor cuando me paseo por este escenario estelar y apareces tu en la Osa Polar o cuando la estación internacional cruza brillante el cielo como una estrella fugaz. Mi respirar se hace profundo a veces y la oscuridad me embarga para olvidarme, para sentirte como un cordón umbilical que me une a ti.
Y en la otra parte del mundo, como si de una sintonía se tratara, me encuentro mirando al cielo, esa estela que dibuja la vía láctea.
Fany y Buscador.
2 comentarios:
Me gusta el texto porque explora la soledad y la búsqueda de un alma gemela a través de la contemplación del cielo nocturno; describes a la narradora absorta en la “maravilla de asomarse al balcón de la Luna”, donde el universo exterior e interior se funden en un silencio sobrecogedor. Las imágenes –la Osa Polar, la Estación Espacial Internacional como una estrella fugaz, la Vía Láctea– evocan un escenario estelar que refleja su soledad y su deseo de encontrar “la otra parte de mi alma” en una estrella, quizás en otro universo o línea temporal. El texto muestra la dualidad de sentirse cerca y lejos de un ser amado, unido por un “cordón umbilical” invisible. La pregunta recurrente –“¿Qué me atrae de ese cielo?”– y la respuesta interna –“quizás reconoces el camino de regreso a casa”– elevan el relato a una meditación sobre el hogar espiritual.
Me ha encantado..
Saludos
Magnífico dueto. La infinita bóveda de estrellas a veces parece que nos habla. Enhorabuena a ambos
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