Llega otro amanecer mas placentero que lo cotidiano. A las 6 de la mañana me espera mi amigo Emiliano y mi amigo Quisco para ir a pescar. Cuando llegamos al pantano de Iznájar, todavía está por amanecer en el horizonte pero la buena compañía me hace sentir que es un buen fin de semana.
Las estrellas son un mar donde me pierdo, las estrellas fugaces se estrellan contra la atmósfera y , todo es una quietud que me llena de plenitud para pedir un deseo...Poco a poco montamos las cañas con sus soportes y yo miro siempre al horizonte que cada vez a menos nos va cobrando de esa luz del amanecer.
A veces es todo un espectáculo ver asomar el día sentado en mi silla de pescador. Las carpas se desperezan y algún gallo de un cortijo, canta al amanecer con ese color casi puro del nuevo día que me llena de plenitud...La calma es completa en medio de esta soledad que no es soledad bajo un universo donde mi corazón me dicta y es entonces, cuando mi intimidad sigue y sigue dictando cosas mientras tomo un café de mi termo pues el amanecer me da la llave de lo que no esperaba...
2 comentarios:
Lo has dicho muy bonito.
Que amanecer más lindo, y tranquilo. La pesca es eso paciencia , silencio y mucha calma.
Muy buen texto donde se palpa ese amanecer. Abrazo
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