domingo, 4 de septiembre de 2022

 

 

 Desde hace tiempo no me hago propósitos. Parece ser que septiembre para muchos es como el 1 de enero. Me acuesto y me levanto cada día a diferente hora, según el trabajo. Mis propósitos van sobre la marcha del día; se van fragüando según las circunstancias pero nunca son para largo tiempo. Mis oraciones son para el día presente que acaba de empezar y de esa manera todas las horas se suceden una tras otra...Para ser sincero, mas que propositos tengo determinaciones absolutas que se sentencian según suceden pero claro, también está esa determinación de no tomar jamás un helado de turrón y claro, no se cumple. Pienso que los propósitos deben de cumplirse en el acto porque si los vas aplazando pierden energía y al final se quedan en nada. Esta noche tengo un propósito: Saldre a mi azotea y me perderé por el cielo suiguiendo un avión lejano. Buscaré mi estrella favorita y cuando la localice, pediré por tu salud pues no hay proposito más grande en esta vida que ponerse a orar para pedir por un amigo y con el corazón en la mano...

 

 

2 comentarios:

Tracy dijo...

Me parece un propósito muy de agradecer, aunque no sea yo la destinataria.
Un abrazo.

Albada Dos dijo...

Una reflexión mañanaera acertada, hacer planes es bonito, o nos condiciona, así que dejar fluir es mucho más acertado

Un abrazo, y rezo por tu salud.