sábado, 11 de agosto de 2018

El inocente




Nació libre. Un pastor como otro cualquiera en algún lugar perdido de España sin saber leer ni escribir, puro en su esencia. El amor que sólo conoció era el de sus padres... y los perdió a tamprana edad.

En el pueblo le llamaban Tarzán por ser salvaje em honor a Tarzán  de la selva. Vendía la leche de sus cabras a un precio engañoso y lo engañaban por todas partes como si a el no le importara poeque era feliz sin mas...

Hablaba con sus cabras en silvidos inventados; hablaba con sus perros, con los conejos, con las liebres, con los pájaros, con su borriquilla y cuando estaba en casa, hablaba con Dios en una estampita que su madre le regaló y le decía ser mágica...Pasaba todo el tiempo con la ventana abierta de su corazón de par en par y todo era en el natural pues su ser a la vez que maravilloso, era el Don de la sabiduría. Se llamaba Sebastián Ordoñez Marín era salvaje y nunca sintió la soledad. Que el supiera, no tenía a nadie mas en esta tierra quizá algún primo de oidas.

Nadie lo quería de verdad y el que decía apreciarlo, se aprovechaba de él. Con el conocimiento de su corazón, la identidad del amor, la buena conciencia, era tanta su verdad, que atraveso la frontera donde todo era ruido y llegó al silencio; conoció la quinta dimensión como algo natural sin tener que dar una explicación, vivendo su vida con humildad en armonía tantas veces buscada por cualquier ser...Pasaban los años y alguien del ayuntamiento lo visitó al cortijo y le dijo que tenía que hacer la mili y el preguntaba que qué era eso. El funcionario le dijo que era algo así como que dar la vida por su patria, por España.

Se presentó en la capital buscando una cosa que se llamaba cuartel, vestido de traje de domingo que consistía en unos arapos que no llevaba al campo y todo el mundo lo miraba despectivamente y con asco porque olía a cabras y a campo...Llegó al cuartel, sufrió burlas y humillaciones, descalabros por no saber nada de nada en armas o tanques hasta perder la cabeza en un mundo despiadado cuando en la paz de su hogar, hasta la cabra Maruja que era la mas revoltosa, tenía mejor corazón que sus mandos...

En el hospital le hicieron un test de inteligencia y resulto ser mas listo que Einstein pero, el era sencillo y no quería hacerle daño a nadie. Hablaba de sus cabras llorando y de su perra y de su mula y silvaba tal como lo hacía a sus cabras y el capitan médico lloraba porque también nació en un cortijo...cuantos padecimientos desde que fué a hacer la mili si el nunca se peleó con nadie, cuantos sin sabores tiene el ser humano sin conocer a Dios tal como el lo conocía...

En el hospital lo enseñaron a leer, a escribir, a comportarse en sociedad y en una enfermera, a ver la belleza que guardaba su corazón en aquella parte silenciosa que era la quinta dimensión...Estudió una carrera y cuando tuvo un hijo, le enseñó las enseñanzas del campo y los animales, a ver la pureza del corazón que poseía porque sin él, todo está perdido...y en el lecho de su muerte y a avanzada edad; moribundo, solo llamaba a su mamá y a sus cabras, al monte y a su corazón porque Diós nunca le abandonó. En la mesilla de noche, la estampita de Dios estaba ya casi deshecha. Abrió los ojos y Dios le miro y le sonrió abriendole los brazos en una túnica que no estaba manchada de nada. Entonces murió con su inocencia; la de un pastor que lo díó todo y todo lo recibió...hasta el final de sus días...




6 comentarios:

CRISTINA dijo...

Hola Buscador, gracias tus hermosos comentarios. Si es así, me alegra mucho y te lo digo de corazón, tu ya sabes a lo que me refiero. me encantaría que me contaras tu experiencia, si no te importa, y como se sabe eso, bueno tu ya sabes.
Un abrazo desde el corazón!

José Ramón dijo...

Sorprendente, me encanto, esta reflexión
Saludos

Flor dijo...

Hola Buscador , yo digo como cristina por que será que encuentro mucha similitud la del personaje a la tuya , no será que ese buen hombre de corazón bueno h generoso , no será una vivencia tuya .
Ya que tú relato es muy bonito y hermoso .
Te deseo una feliz noche besos de flor .

La utopía de Irma dijo...

Bonita reflexión.


¡Feliz verano! Nos vemos por estos lares en Septiembre.

Abrazote utópico, Irma.-

Meulen dijo...

Un texto lleno de una profunda mirada humana , de lo que nos hace mejores humanos y esa verdad absoluta , si es que algo podría ser absoluto...si no vives o vuelves permanentemente a tu aldea desde donde cultivates lo mejor de la existencia , no se es feliz y no se alcanza en algo ese chispa de iluminación...
y no es que lo diga yo , sino que es algo que descubrió hace siglos un filosofo antiguo y que es enseñanza hasta este hoy...me queda la reflexión ...más no recuerdo la persona

Como sea, todo me sabe a grandioso
gusto de verte.

saludos.

Jazmin blanco dijo...

¡Que texto tan precioso sobre la vida y la muerte...!Un abrazo