miércoles, 22 de abril de 2020

Aquella niña que se sentaba en el último banco de la clase...






Yo era y soy una niña responsable. Vivo con mi madre que además de hacer asistencia domiciliaria a dos ancianos, cuida de mi y de mi abuela. Mi abuela no puede caminar pero mas o menos está bién de la cabeza. Yo, con la separación de mis padres y la educación que recibo de mi madre, he madurado mucho más que lo que corresponde a mi edad. Nunca podré perdonar el divorcio de mis padres y eso me pesa. Las lecciones de mi abuela y los lloros de mi madre me hacen la vida cuesta arriba, me han dado mucho qué pensar cuando la soledad de una niña escucha sus silencios...

Por televisión dan las noticias de China por culpa de un virus que mata a la gente. Según la locutora es diez veces más letal que una gripe; que se lleva a la gente mayor con facilidad pero hay quién la sufre y no se da cuenta...Mi madre tiene depresión. Siempre tiene los nervios de punta, los ojos cansados y rojos de llorar. Mi abuela, operada de la cadera y con sus achaques, habla muchas veces con la voz de la experiencia y yo, las escucho a las dos aprendiendo y pensando cosas que me han tocado vivir a edad temprana: tengo 9 años...

Vivimos en un piso modesto de un barrio trabajador. Recuerdo los años de crisis con miedo porque mi padre se quedó sin trabajo, mi madre también y mi abuela dejó la residencia porque tenía un paga que con los escasos ingresos, muy humildemente pudimos seguir adelante...Había en mi casa discusiones para echarse en cara y cosas mal habladas que una niña no debería de escuchar delante de una pelea matrimonial...y mis padres se separaron.

Mi abuela me trata siempre con cariño. Parece mentira cómo y de qué manera una mujer mayor trata a su nieta con tanta atención además de delicadeza. Yo la amo como amo a mi madre y también quiero a mi padre que sé que tampoco está bién. Anda siempre solo o con amigos de esos que tienen aliento a licor y malas compañías.

Yo sólamente conocía la alarma de mi reloj cuando lo programaba. Ahora existe otro tipo de alarma que nos hace quedar en casa largos días y yo, me quedo sin escuela. Mi madre anda preocupada y con el alma en un vilo. Ella, según la tele, no se quedará parada porque cuida a personas mayores pero ¿quién se quedará con nosotras?. Las vecinas es como si no existieran y una tía hermana de mi madre, vive lejos cargada de niños y con un marido cobrando el paro. Mi mama siempre está mas seria que ríe, siento dolor y siento la necesidad de ayudar. Le digo a mi madre que no se preocupe; que yo sé limpiar a la abuela y darle la medicación y como ella sabe, también puedo cocinar. Mi madre me da miles de besos y mi abuela le dice que lo que yo no sepa hacer, ella me aconseja.

Desde hace tres días así lo hago. Me siento bién y útil. Soy una niña que según mi abuela, tengo la corona de una princesa y que hago las cosas mejor que nadie. Al principio mama llegaba a casa apurada pero, todo lo tenía limpio además de la comida y mi abuela como un sol...Poco a poco mi madre se ha despreocupado. Ella trabaja como más que nadie pero la veo muy cansada; agotada debido al trabajo y a esa depresión que a veces la deja fuera de sí.

Hecho de menos a mi papa. Beber de esa manera cuando me besa en sus visitas y los malos modos de mi madre para con él me dan mucha tristeza. Sus visitas son escasas y yo lloro por las noches cuando nadie me ve. Ruego a Dios que todo esto pase pronto, lo ruego de todo corazón pero cuando la enfermedad pase, sé que no seré la misma niña de antes porque una maldita enfermedad, me está quitando la niñez...


Buscador.


11 comentarios:

dijo...

Amiguco,me he emocionado con tu historia.Qué cosa más tierna ,esa niña tan bonita,tan responsable,tan adulta,cuando tenía que ser niña...
Ya será para ella un recuerdo que jamás olvidará
Cuántos casos así habrá !!
Amiguco,creo que tienes que empezar a escribir un libro.Te lo digo como lo siento y te leo.
Das un toque de realismo y sensibilidad a tus escritos que son para publicar
Esta historia podría tener un futuro.
Anímate,ahora que hay tiempo
Vales un millón!!
Besucos

Tracy dijo...

Chico, no vi a foto por ningún lado, pero no te preocupes está bien como está.
Esta es una tierna historia. Me gustó.

Nuria Lourdes dijo...

Hola Buscador. Me he quedado muda de tristeza al leer tu hermoso y nostálgicos post. Imagino cuántos niños sufriendo con historias como la tuya... Es doloroso. Anoche, en un departamento del distrito de Miraflores aquí en Perú, una pareja discutía terrible ente. Ella, la esposa, estaba embarazada de 9 meses. Llamó a la policía y cuando ellos llegaron al 17avo piso del edificio, para ver qué era lo que sucedía, su esposo le lanzó al vacío. En pleno confinamiento, la violencia familiar aumenta.
Gracias por tan lindo post.
Un abrazo.

Sandra Figueroa dijo...

Maravilloso texto amigo Buscador. Los niños también tendrán mucho que contar después de que todo esto pase. Saludos.

Albada Dos dijo...

Triste realidad de millones de familia, donde la niña, o los hijos en general, recapacita sobre lo que está pasando, porque ve a su madre hecha polvo, y es que la tristeza se contagia más, mucho más que este dichoso virus

Un abrazo y no, la misma niña no podrá volver a ser, por mucho que su madre mejore de ánimo. Feliz día del libro

Susana dijo...

Triste historia de una niña que tuvo que madurar. Un beso

Amapola Azzul dijo...

A pesar de su dureza , es un tierno relato.
Abrazos para ti.

Bubo dijo...

No ha sido la enfermedad quien la priva de niñez. Son los adultos que le piden lo que no toca.

Paula Cruz Roggero dijo...

Tierna y triste historia de alguien que madura antes de tiempo...
Como siempre me gustó leerte.

Un beso grande al alma, muakkk.

Mari Carmen dijo...

Casi no llego, pero aquí estoy.

Feliz Día del Libro.

Un abrazo.

Sylvia dijo...

Madre mía... pone los pelos de punta. ¿Habrá gente así? Aislados? Me ha encantado...
Bss