Una broma de palabras

Hoy estoy abatido, fracasado, deshecho...herido hasta el alma con pena de suicidio. Durante 30 años he intentado dar todo aquello que vive en mí en esta novela que para mí, era la novela mas perfecta y sublime de principio a fín. No había noche en que me desvelaba para cambiar aunque fuera sólo una coma o un punto, cambiar una palabra o una frase...Con voluntad ferrea, cada idea, cada argumento, ha sido meticulosamente pensado a la perfección y por consiguiente, he creado la novela mas perfecta de todos los tiempos. En esta máquina de escribir de antaño, mi amor se hundía en cada tecla hasta terminar la obra en 400 páginas justas donde lo he dado todo como quién se da al amor de su vida...

Esta mañana me llamó un editor. He escrito algunos relatos en ratos de ocio y cree que tengo algún futuro como escritor por eso quiere leer algo más de mí y no sabe la bomba atómica literaria que le llevo, fruto de toda una vida con arduo trabajo.

Salí de casa con 400 páginas perfectas y una felicidad de triunfo que me hacía volar en mi carpeta de cartón azul bajo el brazo. Estaba lloviendo a mares. He caminado feliz por calles infestadas de gente, he cruzado pasos de cebra, coches que pitaban y he atravesado un parque hasta llegar a la oficina de mi editor. Este día es el día de mi consagración de escritor, pensé; un dia maravilloso después de tantos años buscados a conciencia para ofrecer la obra cumbre de la literatura...

Plaza Colón Nº 12 - BajoA. Llamo al portero y me preguntan que quién soy ¿que quién soy?, me enfado para mis adentros porque soy el escritor mas importante del siglo 21 pero respondo: "Soy Eugenio Fuentes y vengo a traer al señor Pedro Jiménez una novela". La secretaria me abre la puerta y paso.

Cuando Pedro Jiménez me ve entrar en su oficina, se echa las manos a la cabeza y con un grito dice: ¿PERO QUÉ HACE HOMBRE DE DIÓS?. Me señala con el dedo al suelo y el cuerpo se me descompone...Voy dejando un reguero de palabras y frases por todo el camino. Abro con rapidez la carpeta y los folios están vacíos pero el pasillo, lleno de palabras...

Salgo a la calle con toda celeridad y toda la acera está infestada de palabras. La gente las lleva palabras adheridas a sus zapatos, los charcos tienen frases que piden auxílio y los pasos de cebra tienen palabras atropelladas por los coches. Mi mente estalla y no tengo copia de mi novela. Cruzo el parque con palomas y gorriones que se alimentan de palabras y frases como si fueran lombrices y camino derrotado a mi casa...¡qué voy a hacer ahora!...me hundo en lágrimas y hoy para colmo, es 28 de diciembre: día de los inocentes.

Estoy derrotado, hundido, desilusionado, maltrecho y todos los adjetivos que se te puedan ocurrir. Cojo mi navaja de afeitar. Sutilmente la paso por el cuello y llaman a mi puerta infinidad de gentes y cada una repite una palabra. Se puede decir que son millones de voces cada una pronunciando una palabra y abro la puerta expectante: es mi novela que se ha recompuesto...saltando las palabras se incorporan a 400 páginas en blanco. Me siento el ser mas dichoso del mundo y mi novela es un exito mundial...Mis palabras quisieron gastarme una broma...