No sé donde estoy. Camino por un túnel con el miedo de perderme aún más. Siento angustia en mi pecho y el miedo me paraliza dejando paso sólo a mi instinto de supervivencia. Grito, corro, ¡¡¡ ¿Qué me esta pasando ?!!!....¿Es que acaso estoy muerta? Me falta el aire y me ahoga el pánico. Mis ojos se abren enajenados buscando un atisbo de luz.
Amanece un nuevo día y de un sobresalto entro en la pesadilla de la realidad. El único sentimiento que tengo es que no soy capaz de sentir. Me apresuro y pongo la mano en mi pecho: no hay vida, estoy muerta. ¿Qué me preocupa?- Los últimos años soy una muerta en vida.
Cuando mi vida era vida, no le tenía miedo a nada la muerte carecía de sentido. Ahora sin sentimientos no soy feliz, ahora que me sé muerta quiero vivir.
De repente siento un golpe de adrenalina “¡¡¡ quiero vivir.¡¡¡ La rabia me posee y palpo mi pecho…suena. Corre por mis venas de forma apasionada, dulce y exquisita, con olor a azahar; lenta unas veces y rápida en ocasiones...embriagadora como el mejor de los vinos.
Mi sangre fluye. Estoy viva.
Namyra y yo.