Siempre me detengo en un intervalo de tiempo. Es breve pero intenso
cuando escucho a una persona. Miro su gesto, observo su mirada y me
detengo en sus labios que se entreabren sin soltar palabra. A veces esa
pausa es prolongada y otras casi instantánea. Aprovecho ese suspense con
la velocidad del rayo mientras piensas o decides qué contestar...Otras
veces te pierdes, otras dudas y otras te mantienes en silencio. Pero es
como si nuestra conversación en ese instante se llenara de nada; un
silencio donde Alfred Hitchcock le gustaría una trama con una bella
mujer asesina. Siempre me detengo en algo importante cuando ese instante
pudo estar ocupado con un beso mientras respondes...
domingo, 28 de abril de 2024
Ella se fue y su rastro dejo un silencio de suspense...A veces las personas desaparecen sin un destino o un tiempo de reencuentro pero te dejan ese sabor del alma en la buena compañía. Ella desaparece con un adiós o un hasta pronto; el tiempo marca una recta o una espera sin medida. Te quedas solo y en silencio para pensar muchas cosas que se pierden en la despedida. Las mujeres saben mucho. Te dejan el sabor de una promesa y el rastro donde tienes que seguir...Todo lo demás, está en manos del destino.
A veces las personas se recuerdan a base de sentimientos y detalles. No hace falta sentir su mano ni escuchar su voz. Basta un disparo certero con diana hacia nuestro corazón y todo bulle para la eternidad...La poesía es el lenguaje del sentimiento y de la verdad cuando esa bala que apunta a nuestro corazón, nos hiere de amor. Siempre tendremos esa deuda de sentir para siempre la plenitud. Cuando alguien se cruza, nuestra mirada está atenta a su disparo y muchas veces, acierta justo al centro; donde hace años nadie se fijó como si estuviéramos olvidados. No hace falta ni un beso, ni una caricia cuando ese dardo venenoso, ya nos conquistó en esta nuestra tierra lejana y sola...
La realidad nos gana a la fantasía. Todo lo lejano puede tener al fin un punto de unión cuando desde el fondo de nuestro corazón, nace la verdad clara y pura. Nos podemos confundir con la gente para sacar nuestras conclusiones incluso, hasta caernos mal...Sin embargo tenemos nuestro corazón que enlaza con la verdad y basta un segundo, para saber que esa persona empieza a ser importante para nosotros. Las personas más contrapuestas en nuestra vida se derrumban en el mínimo detalle y sabes que tienen calidad; esa calidad que despierta en tu interior cosas muy buenas...
Vamos derrochando prejuicios y no escuchamos a nuestro alrededor. Dios sabe mucho de eso y nos sorprende. El mundo está lleno de enemigos que podrían ser amigos. Dicen que la carne y el tocino no se parecen en nada pero, basta un milagro para derrumbar tal afirmación. Las personas somos un mundo por explorar y muchos de nosotros, caemos en la ignorancia del prójimo para vivir en nuestro mundo interior que es lo mas preciado que al parecer tenemos...Toda esa nada exterior, se transforma en un cúmulo de verdades para conocer al mejor amigo o al gran amor.
En estos días de incertidumbre, la primavera pasa su factura y el corazón se sumerge en una masa pastosa que son los sentimientos. Todo se remueve como una revolución a la vida y muchas veces estoy indefenso...El mes de abril dicta sus normas como cada año y yo me siento pequeño en una inmensidad. Mi mundo interior se revoluciona a cada segundo como si fuera la prolongación de ese infinito que me llama; que me espera como si tuviéramos una deuda pendiente. Pasan los años y voy sintiéndome cada vez mas viejo. La juventud ya es memoria de un pasado. Mi madre va soltando lastre y dolencias en su recta final. El río de la vida siempre desemboca en el mar y ese mar es la muerte. En estos momentos mis silencios se convierten en palabras que brillan en el cristal de mi gafas. Leonor me ha llamado por si puedo recogerla en Cabra y mi hermana está desbordada atendiendo a mi madre en Antequera. Este atardecer se pierde en un cielo opaco que anuncia tormenta. Pasan las horas enredadas de incertidumbres y yo ya estoy cansado de esa espera que nunca llega. El reloj mide el tiempo y el final, es como si fuera un cronómetro perfecto que desemboca en la muerte del ayer. Mi madre ya suspiraba con la mirada perdida de saber que todo esta por llegar. Se resigna con entereza en este mes de abril que puede que sea el último de su vida...
Nos olvidamos de nuestro corazón y nos perdemos. El sentido de la individualidad parece que se pierde y eso es lo mas valeroso que se tiene. Cada cual se mete en la casa del vecino para criticarlo cuando su casa está desalmada...Cómo podemos construir si el corazón está descuidado. Es fácil meterse en la vida de los demás para hacer una crítica pero, ¿y tú? ¿qué haces por tu vida para formarte como persona?. La política se hizo para un buen fin no para que nos llenen de pájaros cuando lo que se cuece en realidad se llena de silencios. No se puede caer más bajo cuando se olvida al propio corazón pues el corazón es un arma que supera a la política...
Paseo sin rumbo fijo y mirada abierta. A primera hora de la mañana, la luz del día inunda mi ser y camino casi ausente; absolutamente todo es sensible a mis sentidos. Mi olfato se despierta, siento el suelo de tierra por donde camino, el perfume a azahar de los naranjos o el perfume de una chica que se cruza conmigo...Me deslizo sin hacerme notar y expectante a lo que sucede; soy uno mas de entre millones. Me hago pequeño en humildad y entre más millones soy uno que disfruta de su silencio. Mi corazón se llena de latidos que suben por mi sien y necesito a más gente millonaria en número y uno más de los que sumo yo. Salgo del parque.
La avenida está repleta de miradas furtivas que apenas duran un segundo; corazones que laten a la par que el mío y se cruzan por mi mirada. La acera se llena de prisas, la avenida de coches que rugen y un semáforo me dice que puedo cruzar. Alguna mujer me mira y aparta los ojos cuando la miro y un vagabundo todavía no se despierta hundido en sus mantas con una botella de alcohol. Son las ocho de la mañana y el reloj de las Tendillas da nueve acordes de guitarra. El agua cobra su protagonismo. Un conocido me dice adiós y un chico joven lleva a su niña en la bicicleta camino a la escuela. Los sonidos de la ciudad se hacen más patentes. Antes de entrar en Claudio Marcelo, miro al cielo ausente de calima porque una paloma, deja su recuerdo en mi cabeza...y una niña se ríe...