La voz del corazón habla desde el silencio y se traduce en palabras. El pasado cobra vida en el sentir mientras me miro al espejo y veo en mi imaginación algo que sucedió, existió o que quiso vivir... A veces me ahogo con los años cumplidos en medio de nada y me pregunto inquisitivamente que a dónde se fué o dónde quedó varada mi juventud a la deriva. Algo me ahoga y se retuerce en mi corazón. Me siento más pesado, con goteras de salud. No hay vuelta atrás pero este pasado retorna una y otra vez cargado de deudas. Cierro por un instante mis ojos. Recuerdo sueños lejanos y no sé qué hacer...A veces me despiertan pesadillas. Unas se esfuman pasado un minuto pero otras viven a lo largo del día. El cielo gris, la luz de la primavera, mi soledad y mi voz me acompañan a cada paso, a cada pensamiento...Son los ecos que por momentos frágiles golpean como martillo mi pasado. En el espejo, el cristal de mis ojos habla. Parpadeo y una gota de mar cae al suelo.