sábado, 29 de febrero de 2020

Peinando a Bill Fay







Hace nada que tengo el nuevo disco de Bill Fay y ya van tres. Si me miro en el espejo escucharía su música una o otra vez con recuerdos lejanos que se hacen cercanos cuando afloran en mi pensar. Creo que este es su disco más intimo, sencillo y desnudo.

Cuando pasa la tormenta llega la calma pero el corazón se acuerda de cosas que muchas veces no tienen nombre. La claridad del día ya se fué y la oscuridad me visita esta noche un poco más cansado debido a mi trabajo. Bill Fay me canta al oido como si pesaran las palabras venidas desde lejos. Fuera la gente va vestida de carnaval cuando hay quién piensa que un disfraz refleja aquello que quieres ser en realidad...Ahora me da placer el silencio. Me paseo buscando una palabra. El disco ha terminado. Un perro se escucha en mitad de la lluvia que se escucha cuando pasan las ruedas de un coche. Esta noche creo que estoy tan cansado como Bill. Busco otro disco que me saque o que me rescate cuando de mi equipo, se escucha ahora una armónica adornada con la voz rota de Tom Waits...




jueves, 20 de febrero de 2020

La transparencia de una gota de agua pura





 La raiz de tu palabra es fruto de la tierra y de tu corazón. A veces la belleza se derrama como la lluvia de primavera o como las lágrimas del sentir... Tu calor traspasa esa mano que siente tu fuerza hasta dejar mudo a quién la siente. De lo simple naces sincera como ese canto de las palomas en las fuentes de los parques o como los gorriones que juegan por los tejados grises...La brevedad hoy se viste de mujer sensible. Nunca jamás la fragilidad del espíritu pudo ser tan valiente ni el reflejo de otro corazón pudo evitar tu memoria. Del silencio, nace la maravilla de las artes...y tú, siempre de puntillas por la vida y sin hacer ruido, cantas tu canción...quizá fué por un suspiro o por un encuentro casual cuando de tu mano por arte de magia, nace la palabra hecha poesía...

Ya se acerca la primavera. La sangre se renueva en el caminar. La fuentes regalan su agua fresca al caminante y el azul del cielo, se llena de nubes como si fueran navíos imaginarios o algodones de feria. Poco a poco mi corazón cobra nuevos bríos en este desenfreno preprimaveral. La mirada se hace más limpia y clara cuando de mi palabra, también nace la poesía...


miércoles, 19 de febrero de 2020

No profanarás la vida de los inocentes




De su pantalón colgaban las llaves de su casa y unos cascabeles que tenían un sonido muy particular...

Llevaba años en el paro y era pródigo en los bares del pueblo. Ya se sabía que era bebedor y que pisaba su casa al almuerzo y a la cena. Tenía la manía de hace sonar sus cascabeles como quién tiene otra manía sin importancia pero que casi toda la gente adivinaba su proximidad nada más escucharlo...No andaba sobrado de dinero. Su mujer echaba horas que eran las mismas que el echaba en el bar. Sus dos hijos trabajan y como es corriente, su poder de convicción se deslizaba como vive un vividor.

Como todos los meses, las personas mayores iban al banco para retirar su pensión. Entre ellos estaba Esperanza, una jubilada que antes fue maestra de escuela y que ahora necesitaba el dienro para reformas de la casa...

Hacían cola en el banco. El llevaba gafas de sol y el titineo de llavero. Contaba a distancia las cantidades que la gente retiraba. La cola iba avanzando y Esperanza retiró 2000 Euros. Una mujer con 80 años era fácil atracarla para llevarse el dinero sin mayor resistencia...

El aliento de un bebedor de anis y de coñac desde la temprana mañana, le hacían pensar con calma en cosas donde lo pendenciero y la locura del alcohol confabularían para quitarle a aquella vieja su dinero. Ella ya cobró y el hizo sonar de nuevo los cascabeles del llavero confirmando su decisión. Salió de la cola y la siguió en silencio.

Esperó el momento para arrebatarle el bolso; cuando llegara a la calle de Santa Teresa, pensaba. La mañana era fría y solitaria. Los cascabeles sonaban y el deseo rastrero infestaba su pensamiento con arrebatar los 2000 euros. El alcohol de la mañana le quitaba miedo; todo lo vía claro para dar el paso. Ella se sabía conocedora de aquellos cascabeles y sabía de a quién pertenecían pero el no lo sabía.

Al girar la esquina de Santa Teresa, de un golpe seco le arrebató el bolso. Los cascabeles sonaron aún más y Esperanza cayó al suelo. La cadera se le fracturó debido a la edad pero sabía quién le robó; un antiguo alumno suyo de EGB; un tipo con un llavero de cascabeles.

De regreso a casa le esperaba la Guardia Civil. El nego saber nada del asunto con la frescura y el enfado del inocente pero en el cuartel le mostraron su ensañamiento por el video de una cámara de un negocio. No salía su cara pero sí la vestimenta y aquel llavero de cascabeles que Esperanza denunció todo fué la determinación de la denuncia...pasaron unos días y Esperanza murió debido a la edad y la fractura de la cadera. Hasta en el banco se pudo ver cómo salía de la cola y la seguía.




domingo, 16 de febrero de 2020

Una comida de ancestros



Siendo famoso escritor y educado para tratar con la gente, un amigo de la juventud me ofrece la cena de su casa; un cortijo donde habita la abuela, la esposa y tres chiquillos...

Entro en el cortijo y un olor pútrido invade mis fosas nasales. El suelo no tiene color y fotografías antiquísimas, de boda, bautizo, servicio militar o comunión, adornan las paredes.

Este mi amigo mostrando el afecto quee me tiene constantemente de da golpes en el espalda, golpes donde ahora en mi casa veo un moratón. Su mujer tiene los dientes amarillos de tanto fumar y fuma tanto que cuando la visito a la cocina, Dios sabe que se le cae la ceniza en la salsa...La abuela ya tiene 96. Temblona y olorosa, le tiembla siempre la mano derecha. Tiene una vista velada por las cataratas y desprende ese aroma de quién vive siempre a la candela del hogar, osea, ahumada está la abuela.

Los niños son unos salvajes. Uno me enseña su perro al que le pone Rocco Siffredi ( ya tiene 12 años y ve esas películas con su padre para saber lo que es la vida y para hacerme una gracia, le saca al perro el prepucio como si fuera aquello todo lo natural del mundo... El otro hijo tiene una escopeta de perdigones que su padre le compró. Un gato entra tímido en el comedor; es un gato tuerto y de pelo ralo al que el pequeño le lanza una perdigonada para ahuyentarlo y a gritos me dice: Lo mato cuando quiera al hijo puta ese...La hija para recibirme, se ha vestido como cuando va a la discoteca. Ella misma me dice que es lectora asidua de la revista Super Pop y que se sabe el nombre de todos y todas las famosas. Ella misma ha escrito una carta a Alejandro Sanz y su padre se emociona cuando la lee en voz alta y yo no sé qué decir cuando tan  sólo dice: "Te quiero mucho mucho mucho, no sabes cuanto Alejandro"...

Comienza el banquete y sientan a la abuela a mi lado. Hace cosas extrañas con la garganta. No se si son gases o ronquera y dispone las manos sobre la mesa cuando me sorprendo de que no le dan cubiertos porque dicen que ella come con las manos: a lo antiguo o" a lo moro pienso yo". De vez en cuando intento decirle algo en atención a su persona pero ella está sorda como una tapia y de vez en cuando se tira unos pedos a los que su hijo aplaude por ser salud...

La hija me pregunta por famosos de la tele y si he hecho el amor con alguna famosa y los hijos mejor no verlos porque comen como animales.

La mujer no deja de fumar y de toser. Mi amigo le regaña para que lo deje y nadie se lava las manos para comer. El chico del perro después de lo que hizo se chupa los desdos llenos de salsay todas las enagüillas están quemadas por los cigarrillos...

Me dan un vaso para bridar con vino y veo que en el fondo hay una mosca muerta. El vidrio está amarillo y dándose cuenta mi amigo, me limpia el vaso con su cervilleta usada...

La abuela se pega dos pedos mas que huelen a sudor y a hollín...

Si he de ser sincero, suena la alarma de mi móvil cuando tengo ganas de vomitar en un plato con una salsa donde se ve la ceniza de un cigarrilo o algo similar...Hago como quién se entera de una llamada importante. Mi amigo se ofrece para acompañarme donde haga falta pero me niego. Salgo del cortijo dando arcadas porque la abuela mientras come se ha sacado la dentadura y la chupa como para limpiarla...y el aire de la noche clara, me devuelve la lucidez perdida en una cena, que es la cena de un amigo de la escuela...


sábado, 15 de febrero de 2020

Espiritual






Los ecos se repiten como los recuerdos. En su conjunto forman parte de un mar de sensaciones donde la palabra está ausente. Profundizo y me adentro con miedo en el mar oscuro de mi corazón buscando la limpieza y la pureza; la ausencia de palabra como cuando una persona se enamora de sus silencios para lanzarse al vacío...Poco a poco entro en el misticismo de mi corazón y fluyo con más confianza en el mar de lo infinito. Respiro hondamente con la conciencia que busca y rebusca en este mar de los sabios sentidos de mis ancestros. Aparecen imágenes, sabores escondidos, el valor oculto, la sabiduría de lo simple y la ausencia de la palabra que por ser un invento, no puebla mi interioridad...

Fluyo en lo infinito en esta ventana que se abre y nada me es ajeno. Todo se comprende y todo se expande como la concienca primigenia. Un agradable sentir me acompaña en este camino sincero que me abre a la enormidad del universo metida en un cerebro; la razón de todo lo inexplicable y el eco que se transforma en primera persona...

Poco a poco abandono la tierra del silencio para regresar a lo cotidiano; al recuerdo que se transforma en un eco que otra persona, jamás comprendería...


jueves, 13 de febrero de 2020

El mundo en un bus







Me divorcié porque mi mujer no soportaba más esta forma de vivir y claro, por este trabajo bién remurerado pero, asfixiante...De esa forma vivo solo desde hace 20 años. Mi casa está limpia por una mujer que sólo la veo para pagarle, no debo nada a nadie y no sé por qué, sigo en el mismo trabajo; un trabajo donde veo el amanecer y la caida del sol y durante todo ese tiempo, la luz de mi flexo.

La soledad y el silencio a veces son como una droga estimulante donde te habituas en tu mundo interior para no cambiar. Mi trabajo de oficina requiere mucha atención para salvar cualquier error y creo que en todo lo que llevo, los documentos que manejo están perfectos. Soy muy meticuloso en el detalle de todo lo que vivo y en especial, en el bus que me lleva al trabajo y me trae a casa.

Mi recorrido es largo. Podría irme en taxi pero me gusta la cercanía de la gente en lo que es un día cualquiera. En este bus casi siempre estamos los mismos a primera hora de la mañana y por la ventanilla me sé de memoria cada establecimiento, bar o lugar que se abre o de vez en cuando observar cada persona en una parada que busca otro número y otro destino. Las personas que viajan conmigo al amanecer parecen que son gentes sombrías para incorporarse  al trabajo; como ausentes a los que les molesta todo...y a veces hay una chica que coge esta linea los lunes, miércoles y viernes. Cuando la conocí podría tener 20 años y ahora después de 20 años, 40. Le agradezco los buenos días después de tanto tiempo viajando juntos. Al poco de conocerla se quedó embarazada y durante todos estos años, gracias a ella sé cómo va la moda del vestir y hasta los peinados. 20 años dan mucho de sí. Esta chica tuvo una época depresiva, otra feliz y otra a la que yo interpreto madura y mas centrada...

Echo de menos a personas mayores a las que cedía el asiento, a establecimientos que por la crisis cerraron y a tanta gente que nunca la escuché hablar pero que me conquistaron en su forma de ser por ser gentes sencillas.

La vuelta a casa ya es de noche. Mas de una vez me hubiera gustado entrar a aquel bar para emborracharme en una noche loca y invitar a cualquiera pero,  soy una persona introvertida. A veces coincidimos esa chica joven que ya no es tan joven para llenarme el corazón con un simple saludo o, le pregunto a alguien por aquella persona mayor que se subía a las 8 de la tarde acompañándola y me dice que murió.

Bajo del bus con el sol despedido en tintes rojos y entro en el silencio de mi casa. La televisión me habla de novedades y para sentir algo estimulante, me doy una ducha. Clotilde me dice que se pasará el domingo para cobrar y que la comida que me hizo está riquísima...

A las doce cierro los ojos y a las 6:45, me espera el Bus urbano de Madrid.




domingo, 9 de febrero de 2020




Para qué te vas.
Para qué te quedas.

Si no atino,
si estoy perdido.

A veces te rehuyo.
A veces te preciso.

Pero siempre te quiero...



sábado, 8 de febrero de 2020

El mundo flotante






Los sueños nos acompañan a diario; casi a cada segundo...El abanico de los sueños incontables ayuda a vivir en lo cotidiano y forma parte de lo que somos. Pero los sueños no tienen ese sabor de la realidad. Muchas veces, casi siempre, la realidad tiene la consistencia y el sabor de un regusto que no es lo que esperábamos. Puede que sea el desencanto o el desengaño al comprobar ese sabor de la realidad. Sin embargo, la realidad en su sabor nos sorprende a veces grátamente y es más maravillosa que los sueños. La realidad en definitiva, nos hace huir despavoridos o la abrazamos sin condiciones. Cuando el sueño se regodea en aquella nube, la realidad me espera de forma imparcial e implacable...




jueves, 6 de febrero de 2020



Cuando suspiro
es una ola
que regresa
de lo profundo.

Cuando espiro,
algo se me va
como este verso...



First Dates -- Crucero







Parecían dos enamorados lanzando serpentinas por la borda. Todo anunciaba un buén crucero pero su marido diez minutos mas tarde, se sintió indispuesto. Un joven corpulento se ofreció para llevar al marido al camarote y ella lo agradeció. Lo tumbaron en la cama y el joven que se llamaba John, la invitó a subir para tomar un refrigerio. Se miraron a los ojos con un cosquilleo de mariposas que parecían aletargadas y subieron al Bar...

Pasadas dos horas podría decirse que se conocían de toda la vida. El era soltero y ella según la disposición de su marido, una mujer libre. El Bar ya cerraba y la invitó a su habitación. Tenía el mejor wishkey de Teenessee...

Hicieron el amor a la luz de la Luna que asomaba por la ventanilla y se despidieron quizá hasta siempre en un crucero de espacio limitado.

Llegó el desayuno y su marido parecía más repuesto pero nada mas subir a borda, el mareo continuó quizá peor que antes. John se mostró solícito para ayudar de nuevo ya que pasaba por allí "casualmente" y lo llevaron al camarote.

La mañana era un hervidero de gente y ella y john tuvieron otro desliz amoroso; esta vez donde nadie los vería entrar: en un pequeño cuarto de fregonas solitario...y se volvieron a despedir por segunda vez y para siempre...

Llegó la hora del almuerzo y Ramón (que así se llamaba el marido)le pidió perdón a su mujer por el crucero que le estaba dando y ella lo calmó con un beso. Fueron a almorzar siendo su natural volver a los mareos cuando John apareció de la nada siempre solícito...En esta ocasión el corazón de ella y el de él reclamaban más que nunca atención. Hacía un rato que se habían visto en el cuarto de fregoras y ahora lo hacían en un cuarto cobertizo cerca de la sala de máquinas...

Llegó la noche con una cena de orquesta de jazz relajante y baile. El médico le recetó varias biodramínas pero fué imposible; las biodraminas salieron disparadas por la borda. John apareció con cara de preocupación y como siempre lo condujo al camarote...Esa noche ella y john cenaron como dos personas que se conocian hacía un momento y terminada la cena, salieron a ver fuegos artificiales programados para esa noche...No faltaron ni colores en el cielo ni estrella fugaces pues en el rincón más apartado de la gente, ella y john volvían a hacer el amor...

El crucero duró ocho días con siete noches. No había rincón en el crucero por investigar ni elogios por parte de su marido por hacer la hermosa labor de ayudarlo cada vez que se mareaba; le tenía en gran estima a ese caballero que tan bién se portaba.

El crucero arribó en Palma de Mallorca. Su marido dijo que según se encontraba mejor invitara a tan caballero a acompañarla por la ciudad; al fin y al cabo debían de tener una atención a sus indisposiciones.

El crucero partió a las cinco de la tarde. Los dos se quedaron en puerto y su marido esperaba el regreso de una esposa que nunca jamás llegó. Ahora, pasados unos minutos busca a su mujer por proa dando tambaleones...




Días de instituto








Los bares fueron sitios de reunión y de comidas. Antes en mi pueblo no había restaurantes pero sí muchos bares. Mis padres nos sacaban los domingos para echar un tapeo y tomar unos refrescos. Había mero a la romana, calamares y chopitos, perolilla de gambas, patatas fritas, lomo en adobo y tantos y tantos platos que eran especilalidad de cada Bar en particular. Éramos pobres y así de la misma clase todo el pueblo sin distinción. Salir un sábado por la noche o un domingo, era todo un lujo...

En mis años de instituto mis bolsillos estaban llenos de aire. Trabajaba fines de semana en las aceitunas para tener algo de dinero durante la semana. A veces faltábammos a clase y nos íbamos a un bar; fueron los años más felices de mi vida. Gracias a mi trabajo de olivarero, algún día a la semana nos fumábamos un porrillo, jugábamos al futbolín o a las doce de la mañana ya estábamos bebiendo cerveza en cualquier bar. A mi instituto venían estudiantes de los pueblos de alrededor y lo creas o no, a veces el bar tenía mas estudiantes que el instituto estudiantes; allí la cerveza no faltaba. Cuando llegaba el viernes, todos estábamos tiesos de dinero así que al fin de semana, tocaba trabajar en la recolección.

Aquel año no suspendí el curso y aprobé. Mis faltas en clase eran contínuas así como las fiestas haciendo novillos en el bar. Nunca me he reido tanto. A veces había en nuestra reunión algo especial y es que a mi me encantaba la pólvora y fabricaba bombas. Cuando una estallaba, el instituto y el bar temblaban por el estruendo y la gente salía a la calle despavorida...

De esa manera llegué a COU como rebotado sin repetir pero el recuerdo de aquello bares tán clásicos de ornamento, tán autenticos, ya no volverán. En mi corazón llevo aquella vida de estudiante con sabor a libertad, buena música y mejores amigos...Dicen que quién vive y disfruta tendrá los cimientos para aquello que se llama felicidad...