A veces el corazón reclama algo tan íntimo como es el amor y a qué sabe. Las personas, contraemos una deuda con la naturaleza nada mas nacer para compartir la vida como si fuera una meta donde también está la felicidad. La gente se siente sola o por lo menos, con ese vacío por saber qué es el amor. He conocido mujeres que dicen estar vacías por dentro; que buscaron y no encontraron otra cosa mas que la mentira; que se casaron o tuvieron relaciones de manos de un sueño con fecha de caducidad y que ahora, revisan su vida entre lágrimas...
Con los años he aprendido a valorarme y a no traicionarme. Besé labios que eran falsos cuando los quise y también me besaron cuando no correspondí. Los besos no saben a nada y el sexo por el sexo, tan solo da quebraderos de cabeza. Así han pasado los años de mi vida esperando a ese amor que nunca llega y doy mi palabra sobre muchas determinaciones al cumplirla. De sabido es de saber que la vida es sencilla pues la riqueza está en tu corazón. Cuántas personas limpias de corazón no supe valorar en la grandeza cuando no escuché ni sus actos y tampoco sus silencios. Quién se valora y entra en el sentido sobre la vida, hallara la felicidad. He de admitir que es un poco complicado asimilarlo.
Esta tarde me han diagnosticado un cáncer de próstata...Cuando el otoño de mi vida prometía paz y serenidad; cuando lo creía casi todo cumplido, sólo casi todo. El calor de esta tarde ha pasado y la gente sale a las terrazas y a los parques para convesar. No he cogido un taxi. He tomado un paseo desde la clínica hasta mi casa y he observado a las personas con sencillez mientras mi pensamiento hacía un monólogo en mezcolanza de presentes y pasados...
Entro en una heladería. Al fondo una pareja se deja llevar por la pasión y se dan un beso. Siento envidia porque nunca dí un beso con esa sinceridad ni ser correspondido. Mi mirada se hace de vidrio. Pago a la chica que me atiende y también pago los helados de aquella pareja que tienen lo que nunca tuve... De pronto y sin saber cómo, mi pensar se hace cálido; casi cercano al llegar a casa. Vuelvo a recordar las palabras de mi médico, vuelvo a revisar todo lo que me pensado en mi camino de vuelta y de todo eso, lo que más he valorado, ha sido mi integridad. Ha sido un paseo y un fruto cuando ahora la vida me ha dado otro beso.
Busco en youtube aquella canción que nunca compartí con una mujer pero que me hizo compañía al despertar sentimientos que me hicieron mejor persona. Ahora, estoy en paz conmigo mientras Foreigner, la canta otra vez como Sam en Casablanca...
Nota del autor:
Este relato es pura ficción.
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