Llegamos a otra frontera y la cruzaremos mañana. En este mundo parece ser que todo son fronteras por cruzar ya sean de espíritu o de tierra pero, parece que la frontera se convierte en un examen para aprobar al siguiente nivel...Llega otro año casi silencioso con doce campanadas y uno se emociona pidiendo deseos, deseando Feliz año o pasando de las uvas porque se atragantan y te ahogan de la forma más estúpida. Pasamos la frontera de diciembre y entramos en la de enero dándonos besos y abrazos como quién le toca la lotería y yo sigo aquí rodeado de paz, de recuerdos y de vino tinto que dicen ser saludable. Me perfumo de palabras en el blog de Conchi o en tantos blogs que visito como ella se perfuma de ciudades o de recuerdos de su tierra con la magia de no conocernos pero sí de acunar buenos sentimientos. Hoy el cielo de la Subbética está limpio y frío. En Priego de Córdoba seguro que hace más frío. Poco a poco la soledad llegará a nuestras calles esperando el estruendo de mañana pasada la media noche. Cruzaremos otra frontera invisible que nos cala hasta los huesos como cuando nos hacen una radiografía y la vida sigue sin freno sin esperar a nadie como canta Radio Futura en "La vida en la frontera". Dios ya ha nacido. Está entre nosotros cuando lo encontramos en el corazón y hasta nos habla sin apenas darnos cuenta. A las 21:39 se termina mi relato. Pronto me voy a dormir y en enero como cada enero sin falta, le escribiré mi carta a los Reyes Magos después de cruzar esta frontera...