miércoles, 30 de enero de 2019
Los amantes de Granada
En leguas a la redonda, no había gente más alegre y a la vez humilde.
Llegaban las fiestas de Navidad y el poblado gitano lo celebraba por todo lo alto. Aquella tarde Rufino, un gitanillo de 6 años llevo al poblado a Irene; una niña de pelo rubio y vestido de seda, perfumada y tímida en los modales como invitada especial. Los dos eran compañeros de escuela...La chacha Manuela les abrió los brazos y el corazón con un baile gitano que a Irene la dejó maravillada. El tío Agustín cantaba un cante que era un villancico de lo más alegre y la hermana de Rufino les daba chocolate y turrón hechos por la abuela Ricarda...
Se conocieron ese mismo año. Su padre la llevaba en un lujoso coche y el venía del poblado gitano casi siempre a pie y solito como el amanecer. De una sola mirada, los dos se gustaron. Irene acababa de cumplir 6 años y Rufino casi siete...Al principio se miraban y se sonreían llenos de rubor en el patio de la escuela hasta que un día, Rufino se acercó y le ofreció un caramelo que hacía la abuela Ricarda. Ella lo aceptó. Sabía a miel pura de abeja con trocitos de almendra y a la mañana siguiente, se le acercó a Rufino y le ofreció un dulce de crema que su madre le había comprado en una tienda de dulces. Ella era la niña más rica de Granada y su amigo, el gitanillo más alegre y noble pero también, el más pobre. La maestra sonreía al ver la parejita y hasta se sentaron juntos en clase. No había en este mundo mas dicha ni felicidad de dos corazones compartidos. En la escuela todo el mundo era igual por igual sin distinción alguna. A veces le regalaba un caballito de ojalata hecho por el tío Agustín o unos pendientes gitanos que vendía su madre por los mercadillos y ella con sus ahorros, le regalaba cosas que para el eran inalcanzables.
Un día, la madre de Irene advirtió que su hija se rascaba mucho la cabeza y nada más verla, tenía piojos. El padre puso boca abajo todo el colegio exigiendo una explicación; amenazando con todo su poder las consecuencias que tendría para la reputación de la escuela y de un portazó, subió a su hija en el Rolls Roice y desaparecieron para siempre. Rufino lloraba e Irene pataleaba porque a su mejor amigo quiza no volvería a verlo...
Rufino e Irene, entraron en un estado melancólico. El buscaba dónde encontrarla en los barrios residenciales más ricos de Granada. Faltaba a la escuela y no cesó su empeño hasta que dió con la casa. Eran días de temperaturas bajo cero y su abriguito era escaso. Esperó en la puerta del chalet todo el día hasta que la puerta se abrió. Entró con sigilo al jardín y allí estaba ella; tan guapa como siempre pero triste como el...
Cuando lo vió, su mirada se iluminó. Rufino le dijo que venía a secuestrarla para hacerla suya y Irene cogió su ropa de abrigo sin que nadie de su casa la viera. Se fueron corriendo cogidos de la mano; directos al poblado gitano en día de Navidad...
En aquella fiesta gitana, todo el mundo se abrazaba y sonreía a la vida. Le hicieron un coro a Irene para que bailara y vaya si bailó hasta entrada la noche hasta que unos policías, entraron en la chabola con el padre de Irene. Nunca más volvió a verla porque el destino le aguardaba otro designio.
De todos aquellos días gélidos de invierno buscando a Irene, Rufino contrajo una enfermedad. Era 1960 y los gitanos no tenían sanidad ni médico. Además de enfermedad, Rufino también murió de pena en una chabola que era su palacio.
El día de Reyes Magos, la campana de la iglesia anunciaba la muerte del pequeño, muerto de una maldición según la tía Rita...y todos los gitanos unidos como el que más, enterraron a Rufino. Al paso del cortejo fúnebre, una niña que se llamaba Irene identifico a los padres, abuelos y hermanos además de tíos. Ella estaba con sus padres en una lujosa cafetería cuando comenzó a gritar y a gritar saliendo fuera a la calle para abrazarse a aquella cajita que llevaba al amor de su vida. El patriarca de los gitanos se abrazó a ella llorando cuando en esa tarde gálida de enero, unos copos blancos de nieve comenzaron a caer del cielo...
sábado, 26 de enero de 2019
Allá en la lejanía ella se pierde en la profundidad. Danza al son de la soledad buscándose lo que no alcanza y, sufre...De sus labios hasta lo profundo, un escalofrío la recorre con desazón. Fueron tan agradables aquellas palabras que ahora el recuerdo la conducen a una estancia vacía llena de silencio. Darlo todo por amor es la sed de su vientre y de sus labios; de las yemas de sus dedos y el calor de su tacto...
Entra la noche casi sin esperarla. El silencio y la soledad se dan la mano. Abrazada a la nada otra noche; con la mirada puesta en la oscuridad; la misma que llena su silencio en el corazón mas, daría lo que fuera por asirse a un punto de apoyo y tomar un impulso nuevo a la vida. Los pensamientos se repinten una y otra vez con el mismo sentir de la ausencia y cuando entra la madrugada, cansada ya se queda dormida en su invierno particular. Ahora no hay dolor, la razón duerme sacudida y cansada hasta que a la luz del amanecer, su mirada limpia y clara buscará en la luz su luz por no caer en esa estancia del alma de donde todo el mundo huye, por desamor, por miedo, por no sentirse perdida, por superar aquello a lo que una vez, un corazón le dió la vida...
jueves, 17 de enero de 2019
Al son de los acordes de un reloj
A causa de una manía, el reloj de las tendillas dirige mis pasos. La acera necesita un areglo, pienso...En mis pasos, recuerdo la película Mejor Imposible con Jack Nicholson que a zancadas estrafalarias camina por New York. Sonrío y me acuerdo de ti otra vez revolviendo el tiempo de las doce del medio día. Tengo ganas de tomarme un café en Aromas; comentar cosas que mas que nada, rompen la monotonía del día antes de seguir con el trabajo diario..y comienzan los acordes de las 12 del medio día y a cada acorde, un paso dentro de una losa de la acera...Me pierdo en mis pensamientos y en la precisión de mis pies. Sonrío recordando la película, recordándote a ti, `pendiente de esa mujer que se cruza conmigo y que me ve caminar de esa forma tan insólita. Los 12 acordes de guitarra terminan y unas palomas prenden su vuelo quién sabe a donde. Miro al cielo y te cuento con la imaginación cómo una nube se parece a tu rostro cuando sonreías aquel verano. Otra nube que se parece a un corazón atravesado por una flecha y mis pasos se vuelven normales, desaparece la manía que no tiene consistencia y antes de entrar en la Plaza de Emilio Luque, a la vuelta de la esquina de la calle Málaga, apareces tú como bordada en el tiempo.
martes, 15 de enero de 2019
A veces damos un paso importante sin saber cómo ni de qué manera. El conjunto de acontecimientos sobre tantas cosas que pensamos, conjuran para que sigamos adelante. No hace falta una determinación ni algo sólido a qué agarrarse muchas veces tan sólo, salimos adelante de la forma más natural. A veces pienso en la cantidad de momentos solitarios y de soledad que hemos pasado en nuestros adentros. Sin embargo, muchas veces caminamos sin tomar una decisión aparente. Mucha gente le da vueltas a la cabeza para buscar una solución al asumto que le trae cuando por arte de magia, la encuentran de la forma más inesperada. La felicidad no se halla a partir de un punto en nuestra vida sino en el resultado de muchas cosas que me resulta imposible manejarlas o tocarlas para que un día, después de muchos, nos damos cuenta de que somos felices con ese sentir agradable que nos da el corazón...Es una pena pasar la vida buscando soluciones a problemas que nunca se acaban y muy a pesar mío, aún lo sigo haciendo.
lunes, 14 de enero de 2019
El peligro
Nacemos libres y con una identidad que con el tiempo se hace palabra de verdad. Muchas veces al madurar nos perdemos en entresijos extraños que la vida nos ofrece como si fuera un manjar. Toda persona tiene su condición en el corazón porque en el está la verdad. Pero la razón es traviesa cuando muchas veces nos engañamos en falsas quimeras así como poner nuestro corazón en alguien del que ya no nos queremos acordar. La belleza de la vida no empuja y al final, deduzco que todas nuestras caidas y todas nuestras victorias nos sirven para dar un paso más; nada es desechable...Aprender a profundizar y hallar es una aventura muy particular, casi de manos de relojero a veces y otras, soy impulsivo por venir de la pasión o valiente sin saber qué sucederá. Pero nuestro corazón nos aguarda fiel a nosotros y nosotros nos debemos a él...Es muy simple lo más marivilloso que esconde, ligero de equipaje y humilde por venir del amor. Nuestra libertad es un pacto con nuestro corazón para no defraudar a nadie ni a nosotros. Encontrar un amor sería maravilloso pero esa persona debe de tener la lección aprendida para vivir. La época de verlo todo rosa es maravillosa pero al final queda la pareja y su vivir diario. Muchos dicen que el amor se terminó y rompen una relación cuya base es dudosa desde un principio. Apostar es una aventura sin duda pero madurar en tu libertad o la mía se antepone a todas las cosas que lleva el amor. La complicidad ha de ser ante todo una amistad y una confianza cosa que parece lejana. Aún me resisto a olvidar cuando el miedo de elegir, esconde una equivocación enorme.
sábado, 12 de enero de 2019
Dulce relato tonto
Ella siempre soñaba las cosas mas maravillosas jamás vistas. De su corazón, la nobleza se transformaba en palabras y de sus palabras nacían las historias hermosas jamás contadas...Un día, todos los personajes de su historia fueron a visitarla mientras dormía la siesta; querían sorprenderla en gratitud a la vida que les dió como si ese sueño, fuera la realidad más dulce jamás sucedida...
Campirela estaba abrazada a su almohada como quien se agarra a la vida y los personajes de sus relatos más dulces cobraron vida en su interior. De pronto estaba casada con un hermoso principe o pasado un instante, volvía a vivir aquella sensación tan tierna que le despertó un amor de verano...las horas pasaban y ella no despertaba. Ahora Campirela volaba por encima de los tejados de su ciudad o besaba a otro amor que jamás había besado. Reía en sueños o respiraba por arte de magia perfumes de lugares insólitos y maravillosos que había escrito...Llegaba la noche fría de un 12 de Enero y Canpirela no quería despertar cuando por arte de magia, el hada de uno de sus relatos le pidió que abriera los hojos, que tenía un regalo para ella. Con el corazón latiendo a mil por hora, buscó por toda la casa el regalo prometido pero, no encontraba nada y se sintió la chica más triste de la ciudad.
Alguien llamó a la puerta y el corazón volvió a latir mas rápido si cabe ¿quién será? se preguntaba. Abrió la puerta mas no había nadie. El frío de la calle entraba cortando como un cuchillo y cerró la puerta casi dando un portazo. Pero sucedió algo maravilloso. Todos sus personajes habían entrado sin ella saberlo porque eran diminutos. Entre ellos, estaba aquel amor tantas veces evocado. Lo tocó con una mano para cogerlo y besarlo pero, como una pompa de jabón, desapareció...Quiso coger a un hada que concede deseos para pedirle que aquel amor regresara pero el hada, con sólo tocarla, desapareció. Así y de esa manera todos los personajes se esfumaron. ¿Por qué entraron otra vez para irse de esa manera tan tonta? Campirela lloraba.
Sintió un beso en la mejilla y abrió los ojos húmedos de lágrimas perdidas. Compreobó que había soñado dentro de otro sueño y que ya era de noche cuando en el regazo de su cama, había un libro. Lo abrió y tenía una dedicatoria - Para la mujer más dulce - decía. En ese libro estaban publicados todos sus relatos donde sus personajes volvían a vivir dentro de la imaginación de cualquier lector de cualquier lugar del mundo. Lo que no sabía era que aquel amor que jamás olvidó, llamo pasados un segundo a su móvil diciendole que no la había olvidado y que su relato era tan hermoso como el día que la conoció...Así llamó más y más gente protsgonistas reales de sus relatos deseándole feliz año y ella, la chica más maravillosa, vió como sus sueños, se hicieron realidad...
Los milagros de la oscuridad
Vengo del silencio y de mi silencio nace una voz allá en lo profundo. Durante mi vida me acosó el ruido de la vida cotidiana pero cuando más lo necesitaba, mi voz blanca, luminosa y sabia me aconsejaba. Camina a mi lado siempre en silencio, procurando no molestarme hasta que mi mirada se vuelve a la oscuridad que la temía como a un abismo...Hermosa oscuridad franqueada por una frontera que sólo cede el paso a las mejores voluntades; fuerza de la seguridad y la autoconfianza, materia oscura que se hace luz de esperanza para el que va perdido. Mil veces huí del silecio como quién huye del horizonte; silencio donde está la identidad del ser amado que coincida con otro corazón...y lloro ante tanta maravilla de pasos perdidos buscando una luz, una paz, la felicidad con sentir agradable.
Vengo de un vientre materno. Nazco inocente y aprendo un idioma que no es el del corazón...y voy por la vida dando tumbos; analfabeto de mi potencial que a duras penas me mantiene en pié. A través de la oración llego a otra frontera y mi corazón, como si estuviera perfumado con el mejor sentimiento, abre una ventana al infinito; y allí está él y estoy yo. Ya no hay silencio pero tampoco hay palabra. El lenguaje es universal donde todo tiene una explicación simple, donde todo esté perfectamente colocado y en su sitio...y el sonrie sintiendo que me quiere y yo le hablo y el responde. Pasa no se cuanto tiempo y este sentimiento agradable vuelve a cerrar la ventana. Todo es natural.
Pero, aún estoy hecho un lio. Después de cruzar dos fronteras, una del silencio de la quinta dimensión donde una parte de mi habita, otra que me conduce al encuentro con el altísimo y mi vida cotidiana donde soy el hombre más solo del mundo...
La sensibilidad a veces se hace exquisita y arrolladora de un potencial que quizá de miedo. He vivido momentos tremendamente felices y otros de una atrocidad inimaginable. La vida pasa a diario reconociendo que soy feliz; disfrutando de las tonterias mas grandes jamás contadas y viviendo con mi corazón que es mi morada. Buscador siempre está buscando con hambre de verdad y cuando menos lo espera, la maravilla lo alcanza dándose a manos llenas en esta maravilla que es el vivir...
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