Mi mirada se impregna de la música, la música del pensar...Cuando divaga en las profundidades de la imaginación, mi mirada danza en imágenes perdidas que quizá también son inventadas. Danzo y danzo al son de los sentimientos y de todo lo que me rodea. Me abrazo a la vida o la llevo por el talle como una princesa de especial espiritualidad. Danzo y danzo con la música más soñada y sentida. De mi creatividad nacen nuevos pasos quizá arriesgados que se amoldan a los pasos que doy por la acera de esta ciudad...
...y veo a mujeres que se cruzan conmigo y hombres con maletines que hablan por el móvil. Me inunda el frío de esta calle más transitada y lo más curioso es que nadie me ve danzar al ritmo de la vida. Me dejo llevar por las emociones que tantas risas me dan y también alguna lágrima furtiva...y bailo y bailo con miradas extrañas que me ven sonreir o llorar en la soledad de la mañana; cuando la calle se perfuma de churros con chocolate o los taxistas hablan esperando el primer cliente.
En verdad es hermoso bailar. Cada uno con su danza, con su mundo interior, con sus guerras y sus paces, con la vida que nos da vida porque respiramos y sentimos al ser personas.
Hace nada he bailado en recuerdos que me emocionan y me abrazaba a ellos porque soy yo mismo su dueño y también soy parte de la vida que me envuelve y me engulle; que me hace estar vivo en una maraña donde muchas veces me pierdo buscando una explicación.
Hoy he vuelto a bailar al son de la vida como todos los días de cada semana. El corazón siempre puede y mucho más, esta aventura de vivir quieras o no, son los pasos que debes marcar si no quieres perder tu sentido del equilibrio...