sábado, 19 de marzo de 2016

El placer de sentir la poesía



El inventor tenía sueños. Siempre los fabricaba esforzándose por llegar lo más lejos posible...
Pero vivía en guerra con el mismo y en una lucha que la mayoria de las veces era silenciosa. Observaba y escuchaba a todas las personas que había a su alrededor; a quién se dirigía u observaba en multiples acontecimientos...
La vida sin duda era una maraña de gentes con bondades y maldades; nadie era totalmente puro de conciencia ni de corazón. El mismo tenia sus defectos, sus padres, sus hermanos, sus amigos o desconocidos. Su batalla se hacía extensible hasta desanimarse con una pronta solución...Luchaba por ser mejor a cada paso y a cada paso había miles de dudas mas por aclarar. Puso su empeño en comprender el bien y el mal perfectamente discernidos y el mundo era aun más complejo de lo que creía...
Pasaban los años madurando en soledad y la vida era una guerra contínua de acontecimientos que a veces son crueles. La esperanza de un mundo mejor estaba lejana y su vida más complicada aún...

Se sentía solo en medio de una lucha despiadada; una lucha de engaños y maldades que herían. Dónde estaban las buenas acciones si ahora con crisis la vida era más descarnada e injusta. El no era así a pesar de sus defectos. Fabricaba un mundo mejor pero casi nadie le escuchaba...

Tomó asiento en un banco del parque. Un joven estudiante se sentó junto a el. Leía un libro de poesía de José Agustín Goytisolo. Hacía tiempo, tanto tiempo de aquella memoria que le pidió al joven que le recitara algun poema; algo que lo sacara del engaño y de la maldad.

- Conoce me lo decía mi abuelito, me lo decía mi papá. Le preguntó el joven.

- Pués no, no lo conozco...y el joven rió...

-Dice así, se lo voy a recitar porque mi padre puso mucho empeño en este poema para que lo aprendiera. Dice...

Trabaja niño no te pienses
que sin dinero vivirás.
Junta el esfuerzo y el ahorro
ábrete paso, ya verás,
como la vida te depara
buenos momentos. Te alzarás
sobre los pobres y mezquinos
que no han sabido descollar.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.

La vida es lucha despiadada
nadie te ayuda, así, no más,
y si tú solo no adelantas,
te irán dejando, atrás, atrás.
¡Anda muchacho y dale duro!
La tierra toda, el sol y el mar,
son para aquellos que han sabido
sentarse sobre los demás.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo he olvidado siempre más.
. . .
José Agustín Goytisolo (1928-1999).

Nuestro inventor sonrió

-Cómo te llamas hijo

-Domingo, le respondió...


5 comentarios:

Leonor. dijo...

Hoy me desveló yo.
Felices sueños soñador

Marina Filgueira dijo...

¡Hola, buscador!!!

De vocablos perfectos, nos dejas un bonito texto que nos habla de to un poco, de ese inventor y fabricante sueños que luchaba contra su propia batalla siendo él puro de conciencia. Tendré que conocerlo o, a caso lo conozco?... Pues tendré que pedirle consejo puesto que a mí se me agotan, por completo.

Están preciosos los versos de José Agustín. Y De contenido muy cierto. Así está ésta vida...

Ha sido un inmenso placer pasar por tu casa virtual y leerte.
Te dejo mi toda mi estima y gratitud. Por tu buen hacer y por tu huella en mi puerto.
Gracias mil gracias chaval.

Marina Filgueira dijo...

Se muy feliz este tiempo y siempre. Perdón, tienen algún fallo mis letras.

Embrujo mis palabras de loca dijo...

hola buscador y no dejo de asombrarme tus relatos cuando se escribe, se inventa, se crea, muy interesante aprendo cada dia un algo mas leyendote feliz comienzo de semana saluditoss

Gladys dijo...

Un muy bonito poema, que refleja tiempos atrás cuando los abuelos, y los padres obligaban a trabajar a los niños desde pequeños, y les hacían creer que ellos eran sabios solo porque habían trabajado duro, un hermoso relato.

Disculpa mi tardanza en venir ayer terminé el día muy enredada cariños dulces sueños.