La sensibilidad va de puntillas por la vida. Percibo tu calor y acaricio tu cara que en estos momentos está llena de rubor. Un calor me invade perforándome hasta lo más íntimo; deseo que el tiempo se pare con mi mirada posada en la tuya y mis labios despegándose en silencio...

Ahora con los ojos cerrados, mi mano en tu rostro y el aire de tu respiración entre mis dedos, me dice que te respire a cada golpe de pulmón que derrama vida. Tu perfume me invade y mis labios se rozan con los tuyos porque antes de pedirmelo, ya se posan en tu boca respirandote a bocanadas, enguyendonos con la flor de la sensibilidad porque en menos de nada, yo estoy en tí...tú estás en mi...


Buscador y Maria.