Esa claridad

Acabo de nacer. Mi madre dió a luz a un bebé varón y con todo su amor me amamantó. Nací pobre de dinero, de comodidades, de conocimientos...pero rico por tener este corazón desde mi humildad.

Con muchas fatigas he llegado a una edad madura y a un crecimiento personal con sus caidas y sus desengaños, con la volundad de rescatar una ínfima parte de lo que Dios me dió. Con más fatigas mis padres carentes de una educación me criaron...y es asombroso ver el ser humano cuando observa y se escucha la realidad exterior así como aprender de todo lo que bulle en sus entrañas. Antes de nacer, la belleza y lo perfecto se expanden en cada persona de cada país. Nuestros padres nos dieron sus genes y a nuestros hijos les daremos los nuestros. Todo forma una cadena de millones de años antes de que el ser humano sea tal como es.

San Agustín afirmaba:

"Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo."
...y tenía mucha razón...

El pensar y aprender así como la nobleza de nuestros actos, nos puede llevar a atravesar esa frontera que nos muesta a Dios; yo tuve esa suerte.

Vivimos en el paleolítico de  nuestra educación tal y como están las cosas. Pero somos una especie perfecta y capaces cada persona de realizar cosas enormemente importantes. Venimos de la luz. La espiritualidad parece que mo está de moda. Quién conoce a Dios tiene un vínculo que enlaza en su sabiduría con el más allá pues como dice San Agustín:
"Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo."