Ella siempre soñaba las cosas mas maravillosas jamás vistas. De su corazón, la nobleza se transformaba en palabras y de sus palabras nacían las historias hermosas jamás contadas...Un día, todos los personajes de su historia fueron a visitarla mientras dormía la siesta; querían sorprenderla en gratitud a la vida que les dió como si ese sueño, fuera la realidad más dulce jamás sucedida...
Campirela estaba abrazada a su almohada como quien se agarra a la vida y los personajes de sus relatos más dulces cobraron vida en su interior. De pronto estaba casada con un hermoso principe o pasado un instante, volvía a vivir aquella sensación tan tierna que le despertó un amor de verano...las horas pasaban y ella no despertaba. Ahora Campirela volaba por encima de los tejados de su ciudad o besaba a otro amor que jamás había besado. Reía en sueños o respiraba por arte de magia perfumes de lugares insólitos y maravillosos que había escrito...Llegaba la noche fría de un 12 de Enero y Canpirela no quería despertar cuando por arte de magia, el hada de uno de sus relatos le pidió que abriera los hojos, que tenía un regalo para ella. Con el corazón latiendo a mil por hora, buscó por toda la casa el regalo prometido pero, no encontraba nada y se sintió la chica más triste de la ciudad.
Alguien llamó a la puerta y el corazón volvió a latir mas rápido si cabe ¿quién será? se preguntaba. Abrió la puerta mas no había nadie. El frío de la calle entraba cortando como un cuchillo y cerró la puerta casi dando un portazo. Pero sucedió algo maravilloso. Todos sus personajes habían entrado sin ella saberlo porque eran diminutos. Entre ellos, estaba aquel amor tantas veces evocado. Lo tocó con una mano para cogerlo y besarlo pero, como una pompa de jabón, desapareció...Quiso coger a un hada que concede deseos para pedirle que aquel amor regresara pero el hada, con sólo tocarla, desapareció. Así y de esa manera todos los personajes se esfumaron. ¿Por qué entraron otra vez para irse de esa manera tan tonta? Campirela lloraba.
Sintió un beso en la mejilla y abrió los ojos húmedos de lágrimas perdidas. Compreobó que había soñado dentro de otro sueño y que ya era de noche cuando en el regazo de su cama, había un libro. Lo abrió y tenía una dedicatoria - Para la mujer más dulce - decía. En ese libro estaban publicados todos sus relatos donde sus personajes volvían a vivir dentro de la imaginación de cualquier lector de cualquier lugar del mundo. Lo que no sabía era que aquel amor que jamás olvidó, llamo pasados un segundo a su móvil diciendole que no la había olvidado y que su relato era tan hermoso como el día que la conoció...Así llamó más y más gente protsgonistas reales de sus relatos deseándole feliz año y ella, la chica más maravillosa, vió como sus sueños, se hicieron realidad...
6 comentarios:
Este relato dulce tonto es de lo más tierno ,a veces hay que ser tonto para escribir sensibilidad ..gracias .
Feliz noche.
Muy bonito. Un beso
Qué bonitooooo!
También escribes relatos preciosos,amiguco y este me ha encantado!
Soy amiga de los cuentos ,a pesar de la edad.Siempre me gustaron y hoy aún los compro.
Te mereces un buen premio por hacer estas "cosas tontas"tan hermosas.
Besucos y bendiciones
Gó
¡Pero porque relato tonto? Es precioso, fantástico, me a encantado imaginarlo.... Saludos.....un gusto leerlo.
Eres un anténtico narrador, yo creo que tienes la necesidad de volcar negro sobre blanco toda tu desbordante creatividad.
Saludos.
Me ha encantado este relato, que de tonto no tiene un pelo. la escritora sueña con sus personajes, que a su vez han inspirado anécdotas en sus lectores, y a través de éstos, sabe que lo imaginado, puede cobrar vida, incluido el preciado amigo que nunca olvidó, y que acaba por decirle que él tampoco había olvidado a la joven narradora.
Muy tierno, muy dulce, muy humano y sensible. Un abrazo grande y feliz día de musas cercanas, de personajes con alma.
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