domingo, 4 de agosto de 2019

El sitio de su recreo








El dolor no era ajeno a ella. Existía otra persona que la seguía en su angustia; paso a paso, verso a verso, padecer tras padecer pero ella no lo sabía...

Pasaban los días en soledad. No había más soledad en este mundo que la que se siente con dolor del alma. Pero ella trataba de resistir con fuerzas que a veces cedían hasta entrar en aquel dolor que no tenía nombre ni lugar en este mundo.

La soledad de la angustia es algo insoportable y el silencio sin poder gritar, se convierte en un asesino...Pasaban los días, ella con su depresión y el, lejos en la distancia siguiéndola con una empatía que durante la noche pensaba en cómo se encontraba con su padecer. Rogaba a Dios por ella, rogaba a Diós para que no sufriera más porque al cabo de tanto padecer se busca una mala salida.

A veces la soledad trae mas dolor. En su respiración estaba su aliento, en su corazón la verdad y en aquel que la seguía, la súplica para que aquel desastre cesara porque no hay nada peor en el mundo que los padecimientos del alma...

Ella tenía sueños, el también. Era 4 de agosto con un calor interminable. Quería darle el aliento del cariño; que supiera que aquel padecer lo hacía suyo y mas que nada, darle un respiro en aquella aventura que la vida le había impuesto...Aquella sin razón donde él era su complice pues sabe lo que es conocer todo aquello que la gente no se explica si no lo padece en realidad...


6 comentarios:

Susana dijo...

La compañìa espiritual también ayuda. Un beso

Tracy dijo...

Qué tristeza...

Amapola Azzul dijo...

Un relato triste y bello.

Besos.

Sandra Figueroa dijo...

Triste y desolador relato amigo Buscador. Saludos a la distancia.

dijo...

No puedo dejar muchos comentarios porque no estoy activa ,pero al ver a Antonio Vega ,me recuerdo del día que lo ví en mi tierra en un concierto
Fué un poco antes de su PARTIDA
Pero me fascinó
Ahora estará en el recreo ,en ese que no termina nunca
Besucos

Meulen dijo...

Ninguna soledad de ese tipo es buena...al fin todo se va en demasiada penumbra, gana el dolor y la tragedia...