martes, 24 de septiembre de 2019

Otoño en mi corazón



Ayer todo tenía un color diferente. Paseo por las calles sumergido en ese algo que transforma las cosas dentro de mi como espectador a un cambio. Por arte de magia todo en mi interior ha cambiado para ver las cosas desde otra óptica; otro sentimiento...Me dejo engañar por aquello que percibo y la gente piensa como yo, siente como yo y nadie abolutamente nadie, escapa a este embrujo de otoño que me lleva suavemente, sin brusquedad. Los sonidos, los colores, el cielo, mi tacto, el aspecto de mi cara y el de los demás, los perros que defecan lánguidamente...Entro en una cafetería y el café me envuelve de otra intimidad. La gente apenas habla sumida en la hondura de sus pensamientos y la camarera ya no sonríe. Con el efecto de la cafeína un sentimiento agradable se instala en mi cabeza y siento un benestar donde todo lo anterior aumenta reparando en cosas que antes pasaban desapercibidas. Con la memoria voy de aquí para allá contándome palabras perfumadas de otoño. El parque tiene murmullo de hojas suaves y el sonido del agua de la fuente, es más frío e implacable. La gente habla de sus cosas sentada en los bancos y mi mirada es una cámara que graba imágenes con escenas del presente...

Pasa mi día casi en silencio. Me siento fente al ordenador y Albada Dos me sorprende con otro relato. No tardo en responder cuando pasada media hora, todo este día que llevo en la cabeza, da su fruto en en el teclado con otra nueva historia...

Feliz otoño.



4 comentarios:

Gladys dijo...

Hola amigo me alegra que sigas disfrutando de la vida escribiendo tus entretenidos y sabios relatos, es bonito caminar en cualquier dirección mientras tu mente construye historias que plasmas sabia mente en tu página que leemos con mucho agrado. Un abrazo es un placer leerte siempre, gracias por tu agradable visita.

Tracy dijo...

Feliz otoño con retraso, pero de corazón.

Albada Dos dijo...

La pareja de perro y hombre se aleja por la avenida. Ante un banco, un charco de imágenes, caricias, aromas y niebla se expande por el parque, inunda los bajos de los arboles, los parterres de margaritas que acaban diciendo que sí, la fuente con la lánguida cadencia de un agua que no cesa en su búsqueda de un mar sin luna. La ciudad entera se vence y deja vencer por la nostalgia desatada de los ojos verdes aceituna de una mujer con rebeca azul.

Un abrazo y feliz otoño.

Flor dijo...

Hola de nuevo , por lo que veo hacéis muy buena pareja de escritores , no estaría nada mal , que escribieseis un relato a dos manos , ya que ella es la leche , es muy buena escribiendo relatos yo os ánimo a los dos , en cuanto a esta historia decirte , que la gente los andantes que vemos por la calle , están adormilados creo que están en modo de hibernación , te deseo una feliz mañana besos de flor.