Todas las tardes de otoño solía sentarme al lado de aquella mujer.
Siempre me llamó la atención su semblante. Parecía como de otro tiempo,
aquel donde el olvido se une con el recuerdo en algún lugar de la
memoria. Aquella mujer era la protagonista de mis cuentos infantiles;
tan dulces como su mirada y tan cálidos que parecía venir de otro mundo.
Su pasado era un misterio y su mirada cálida marcaba una extraña
frontera entre ella y yo. El nombre nunca lo supe pero podría ser el de
cualquier mujer que ama la vida como yo la amé en mi niñez.
Hoy soy
mamá de cuentos infantiles y mi hija, sabrá quien soy a través de lo que
escribo. Aquella mujer, se parece a mi madre y a mi abuela y todas las
madres del mundo.
Cada tarde se sentaba en el mismo banco del parque
rodeada de hojas secas y un cielo cubierto de sueños. Yo me sentaba a su
lado y ella parecía no estar aunque, aquella expresión, aquella mirada,
me recordaba a todo aquello que viví en la infancia por mis mayores
.
Tenía un paraguas roto, una ropa usada pero limpia como su mirada y yo,
tonta de mí, siempre quise hablarle y aún así no lo hice.
Hoy,
pasado el tiempo, aquella mujer ya no está. Hace tiempo que se marchó
más allá donde los cuentos no alcanzan mi memoria. Supe que padecía de
Alzheimer y no puedo concebir la idea de que aquella mujer sufría. A
veces me miraba y sonreía y yo volaba en el recuerdo como tonta ajena de
todo. Me he quedado parada unos instantes en el mismo lugar donde ella
se sentaba para recordar todo aquello que sentí. He tenido el reproche
de no abrazarla y besarla por todo aquello que vivía a su lado y por
recordarme cosas tan íntimas.
A veces me da miedo perder el sentido
de la realidad. No concibo el final de mis días en ese dulce abismo y me
aterra pensar que sea así. De todas formas la memoria es algo pegadizo
en el ser humano y de alguna manera, ella vivió su ausencia en mí.
7 comentarios:
Hermoso relato. Profundo y con sentimiento, como se debe escribir. Abrazo.
Esa enfermedad me da mucho miedo. Un beso
Un bonito homenaje y emotivo texto Abrazos.
Doloroso relato , pero real para todas las personas que padecen esta enfermedad o tienen relación con ellas.
No nos toque esa terrible enfermedad. Quiero recordar todo. Quiero recordar tus publicaciones, por ejemplo.
Un abrazo grande.
Una enfermedad horrible, dolorosa para ellos y para quienes les acompañan, hoy en día hasta se presenta de joven.
Un relato muy trabajado y que emociona.
Un abrazo y feliz tarde.
Tu relato es pura sensibilidad! Me ha gustado mucho la frase final " Ella vivió su ausencia en mi" porque tal como dices, la escritora la hizo vivir en sus relatos aunque la desconocida no fuera consciente. Muy tierno tu relato! Saludos!
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