La luz de tu habitación era tenue. Cruzabas por la ventana de forma natural primero en ropa interior luego... Recogías del armario la ropa que te pondrías por la mañana y a veces hasta te la probabas por encima para ver como te quedaba. Mi aliento era ardiente como el calor del verano y me tocaba mirándote casi extasiado esperando verte otra vez desnuda a la luz de tu mesilla de noche...
Pasaban los días, pasaban los años. Nos saludábamos por las mañanas con buenos días como si nada pero cada noche de verano, yo fiel a la cita. A veces ponías la radio y bailabas un poco alguna canción de amoríos o te mirabas al espejo de perfil para ser espectadora de tu propio cuerpo...El mundo se detenía ante mis ojos cuando te quitabas el sujetador y tus pechos, aun firmes, acababan en dos puntas que nacían de dos galletas negras...Quería ver tu secreto, ardía en deseos porque solo se adivinaba un espesor oscuro a través de las braguitas.
Después del trance yo me limpiaba con el calcetín y lo lanzaba al patio de mi casa donde las hormigas daban cuanta de un festín. Mi madre era prudente y sabía de mi alto grado pasional. Nunca me dijo nada hasta que llegó la noche del escándalo cuando me olvidé de cerrar la puerta de la habitación y me descubrió en trance. Tu escuchaste la regañina de mi madre y descubriste inocente al espía que tan inocentemente te decía buenos días por la mañana; eso me valió un castigo y una caída en picado de mi vergüenza...
Seguía pasando el tiempo y tu me mirabas con ojos valientes cada vez que me cruzaba contigo mientras que los míos eran esquivos...Y pasó más tiempo hasta que llegó otro verano y un día, dejaste tu ventana abierta de par en par para desnudarte para mi...
5 comentarios:
Ese desnudo final era toda una invitación ¿Que pasaria al dia siguiente cuando se cruzaran en la calle? Provocador relato.
Un abrazo.
Hola Buscador! Encantada de aceptar tu invitación a tu relato, que describe una situación algo similar a la del mio! Je, je! Y es que estas cosas pasan, aunque sean lo más natural y habitual del mundo tener estos momentos de placer en la intimidad, ha de ser muy violento ser descubierto, encima por la propia madre! Aunque debo decir que el tuyo es más poético y evocador! Un abrazote!
Ella sabía de su mirada. Por lo menos, lo supo al escuchar el reto de la madre, que debió de ser intenso.
Y se lo hizo notar, en forma muy claro. Con una clara invitación, al facilitar la visión de su desnudez.
Saludos.
Buscador, bello y natural relato, pienso que ella sabia que era observada y disfrutaba ser deseada.
Siento que tu madre te descubriera aunque no estabas haciendo nada malo, era el despertar de la pasión de un chico apasionado.
Abrazos y besitos, que tengas un precioso día
Leí hace años: En brazos de la mujer madura. Fui imbécil, debía haberlo leído con dieciseis año, no con cerca de cuarenta. Creo que debería ser lectura obligatoria en el instituto.
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