sábado, 28 de septiembre de 2024

Dentro de nada, hay una vuelta en la esquina y allí está mi casa.



La vida nos va llenando de impresiones que se transforman en recuerdos. Somos esponjas que sin saber cómo, vamos aprendiendo cosas increíbles de otra gente ya sean de seres queridos o personas que sin saber cómo nos dejaron una huella en el corazón. Somos viajeros y espectadores de nuestra propia vida que como una película, formamos nuestra historia con un principio y un final...En nuestros genes somos fruto de nuestros padres y abuelos; todo un legado que se manifiesta en la herencia de nuestros actos. Somos una máquina perfecta que se va degradando con el tiempo y a la vez enriqueciendo.

Viajo por la calle del pueblo donde vivo. A cada casa y a cada metro guardo un recuerdo de personas que ya no están aquí. Me deslizo con imágenes de seres queridos que se fueron para siempre y me veo en mi niñez tan inocente; son personas de las que aprendí a valorar los sentimientos y las cosas sencillas; gentes que van y vienen a lo largo de los años mirándome al espejo para darme cuanta de que mi cabeza ya está cana.

¿Soy ya una persona mayor? o simplemente un espectador que tomó asiento en el corazón después de los años vividos. Parece mentira que cada vez pase el tiempo mas y mas rápido; que los recuerdos lejanos sean cercanos y lo que pasó ayer, aun está por escribir...si no lo recuerdo.


6 comentarios:

Campirela_ dijo...

Que buena reflexión nos dejas. Así es la vida sin recuerdos vividos.
Ese camino que cada vez, va más deprisa.
Un abrazo.

JLO dijo...

Algo bueno de la vejez es que hace atesorar recuerdos y momentos y personas. Linda entrada, saludos.

Vivir y dejar Vivir...Liz dijo...

Querido amigo, que precioso relato nos dejas, la vida pasa y todo se va guardando en un lugar del corazón y cosas que antes nos parecían insignificantes hoy las vemos como algo que nos marcó.
Me encantó leerte.
Abrazos y besitos amigo querido

Tracy dijo...

Me has hecho reflexionar con tu entrada de hoy. A mí me pasa igual que a ti, a pesar de vivir en una ciudad, cada vez son más los recuerdos y aparecen más vivos,son el
armazón de nuestra existencia.

Susana Moreno dijo...

Somos parte de los recuerdos de alguien. Un beso

stella dijo...

El tiempo y lo que vivimos durante e,l van formando nuestra historia, qu a su vez e enlazan con otra historias, somos como dices eslabones de la misma cadena
Me ha gustado leerte
Ún abrazo