martes, 5 de enero de 2010

Noche mágica

La noche son vuelos de sueños. Nos hablan en la intimidad y ponen nuestra alma al descubierto. A veces, despertamos muy felices porque la noche nos besó al darnos un regalo que, maldita sea, cuando vamos al baño desaparece.
De muy niño no quería dormir en la noche de reyes por verlos venir pero, Morfeo pagaba esa noche un tributo a la Vigilia y yo, me quedaba frito. La mañana era el despertar de la alegría porque mi madre nos decía que habían venido los reyes por la noche y que preguntaron por nosotros por saber de mis padres si habíamos sido buenos. No me explicaba porque había niños en la calle con sus regalos nada más tomar sus vacaciones escolares ¿porque los reyes magos no hacían eso conmigo?. Solo tenia un día para disfrutarlos porque al día siguiente tocaba escuela y para entonces esos niños ya tenían sus juguetes rotos.
La magia de nuestros sueños nos protejen todos los días del año. Cada día la esperanza de desear aquello que no tenemos nos ayuda en el vivir diario como en un sueño. Tener la dicha de poseer nos da pié a ser más afortunados por aquello de tener un tesoro que aparentemente no se escapa. No entiendo bién el funcionamiento de mi corazón y tampoco al destino pero creo en ellos. De alguna manera mis pies siempre estan en el aire cubiertos de almohadones de sueños. El deseo de querer vivir suena en mi interior como la más bella melodía y parece que de alguna manera, la vida me quiere conquistar.
La tristeza es inevitable. Nos hace ser distintos mientras dura y no sabemos donde iremos a parar en todo ese entramado. Bucamos el por qué de todo aquello y nos perdemos en mares de lágrimas. Nuestro afan es sentirnos bién y solo nos visita la desgracia como quién pierde la luz que guía los pasos encontrados. Siento que las lágrimas son maestras en la dicha y la desdicha, nos quita la ropa sucia y lavamos nuestro corazón.
De los sueños, de las dichas y de las desdichas, del destino y nuestro corazón, de todo lo que sabemos y de nuestra madurez, seremos siempre niños inocentes a lo que nos suceda. Por eso me encanta esta noche mágica y me encantan los niños. No hay nadie en esta vida que no sea un principiante porque vivimos a merced de lo que no sabemos y no esperamos. La inocencia me la como a besos porque los pasos perdidos, son los mejor encontrados.
Feliz noche mágica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Has pensado alguna vez ¿ que seria de nosotros sin los sueños ?... vegetariamos seguramente.
Namyra