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Mis queridos Reyes Magos:
Viven mis deseos como vuelo de sueños por cumplir. Nacen de mi silencio por ser hijos del sentimiento. Me acompañan allá donde voy y mi mirada se cruza con otros pensamientos cargados de muchos más deseos. Son miradas cargadas de secretos que quizás, en alguna ocasión rozan mis pupilas como caminantes viajeros de pasos silenciosos. Las aceras se llenan de mundos infinitos por descubrir; silencios cargados de sueños y de deseos que ayudan una veces a vivir y otras se necesitan para intentar poder vivir....
Mis pasos se cruzan con mendigos tirados en las calles y gente trabajadora pidiendo, gente de color vestida en los semáforos de Papa Noel o Rey Mago, mujeres perfumadas al amanecer con miradas perdidas, hombre de corbata con paso rápido y escaleras mecanicas cargadas de gente en El Corte Ingles. De todos guardo un recuerdo pero, hay alguien especial para este día de Reyes...
Camino por la avenida de Barcelona y escucho unos gritos que me llaman la atención. Vienen lejanos de alguna bocacalle y, veo a un loco que camina con aspavientos, arapos y una enorme voz quebrada. Me detengo en medio de una acera donde la gente no para de caminar como si estuviera ausente de aquella voz tan rota como su vida misma. Vuelve a gritar entre el gentío a nadie y a nada; va hablando como peleandose contra los fantasmas que pueblan su mente y vuelve a gritar más fuerte aún si cabe. Siento una tremenda pena y creo que hasta mi mirada se hizo cristalina. Sigo caminando y aquella voz se hace cada vez más lejana, ahogandose en una ciudad interior del caos más absoluto...
Mis queridos Reyes Magos a pesar de los pesares sigo creyendo en vosotros. Este año mi carta es diferente y cargada de silencios como sueños y deseos. ¿Donde pasará esta noche aquel loco? Me estremezco por sentir tan de cerca lo más inmundo de este mundo como es la mente destruida por una enfermedad sin matar ni robar a nadie. ¿ Qué puedo pediros desde mi impotencia por no hacer ni ayudar lo que podríamos hacer cada persona a la sociedad?. Hay tanto que caminar en este mundo que Oriente parece que está a la vuelta de la esquina...
Mis queridos Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar. Esta noche pido un deseo para la gente necesitada. Es un deseo que puede hacerse realidad si los laboratorios farmacéuticos quisieran hacerlo realidad y no pararse a hacer medicamentos que sólo mantienen a los enfermos y no curan. Ya se que es cuestión de economía pero la gente dejaría de sufrir un poco más...
Sin más os dejo en vuestra increible tarea de repartir sueños, deseos e ilusiones porque yo, sin falta, pensaré en la manera de ser un poco más agradable con mi prógimo.
Un abrazo de Buscador.
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