miércoles, 18 de junio de 2025

 

 Todo es un nacer y de vez en cuando un renacer. Pensamos sin parar en cosas que a veces no tienen importancia mientras que el día pasa y pasa a cada segundo. Al despertar, cada mañana comienza en ese día donde todo está por descubrir como canta Serrat en su canción. Vamos enlazando pensamientos y sentimientos pero siempre vamos y vamos y casi nunca a nada en concreto, solo pasar el día hasta que llegue la noche. Pienso que en eso consiste la rutina del día a día...Sin embargo, la felicidad existe. Podemos estar sumergidos en este día cotidiano pero, hay un sentimiento especial en casa cosa que pensamos o nos sucede; algo mágico que no hace ver que nuestro momento es especial por venir de nuestro corazón. Escuchar esa voz sin palabra embriaga al ser reconocida. Disfrutar de lo simple es una riqueza si se acompaña de ese sentir que tienes en el corazón...Cosas están mas lejos por descubrir. Cada persona es única como cada día.

La preocupación muchas veces es ese fantasma que nos roba el tiempo...

 

 

 

2 comentarios:

Nuria de Espinosa dijo...

Hola compañero. Me hiciste pensar en cómo vivimos el día a día. A veces vamos tan rápido que no nos damos cuenta de lo que sentimos, ni de lo que realmente importa. Me gustó cómo expresas la idea de que cada día puede ser un nuevo renacer, una oportunidad para descubrir algo nuevo, aunque estemos atrapados en la rutina. Me identifico con la sensación de que vamos y venimos sin un rumbo, según nos maneja el destino, como si solo esperásemos que llegue la noche. Pero también es reconfortante saber que, a pesar de eso, como decía Serrat, la felicidad está en los pequeños detalles, en lo que sentimos desde el corazón.

Es verdad que la preocupación nos consume y nos hace olvidar que cada día trae consigo un nuevo comienzo y que cada persona, como se menciona al final, es única y tiene algo propio que ofrecer.

Me quedo con esa idea: que a pesar de la monotonía, hay una magia silenciosa que habita en lo que sentimos y en cómo decidimos mirar la vida y a los demás.
Un abrazo

Susana Moreno dijo...

A veces la tristeza nos niebla el alma. Un beso